Yo comencé a ir a una iglesia Científica de Cristo porque mi esposa era miembro, pero por algún tiempo yo entendía poco de la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. y no esperaba ningún provecho de ella. Un miércoles, al anochecer, me pegó un dolor de cabeza muy fuerte, como los que había padecido ya a veces por muchos años. Le dije a mi esposa que yo estaba demasiado enfermo para poder ir a la iglesia, pero ella me instó a que fuera. Durante el servicio desapareció mi dolor y desde entonces quedé libre de esas jaquecas. El hecho de que la Christian Science cura por fundamentarse en el Principio despertó mi interés y me indujo a estudiar las Lecciones-Sermones en el Cuaderno Trimestral de la Christian Science y a concurrir a los servicios de la iglesia con regularidad.
Después de transcurrir algún tiempo y de haber pasado varios años por una experiencia de lo más desalentador en materia de negocios, perdí mi empleo. Durante largos meses busqué lo que yo consideraba una posición adecuada y traté de aplicar la Christian Science para llevar a cabo mis planes. Aunque desde el punto de vista humano ese período parecía infructuoso, yo comprendí más tarde que en ese período se me venía guiando para que dejara yo de confiar en la voluntad humana y los planes humanos a fin de que cifrara toda mi confianza en que a Dios pertenece todo el poder. Finalmente, tras de mucho estudiar y con la ayuda amable de un practicista, yo me dí cuenta de que ya no confiaba en planes materiales sino que me alegraba de atender a lo que Dios dispusiera, guiándome, sabiendo que mi único empleo real consistía en servir a Dios.
Poco después salí de casa una mañana confiado en que Dios me guiaba bien. Una pequeña agencia de empleos de la que nunca había oído había publicado un anuncio de un empleo vacante; me dirigí a esa oficina y a mi llegada encontré que ya había una larga fila de otros esperando. Yo supuse que todos los alineados solicitaban el mismo puesto e inmediatamente me desalenté. ¿Sería el empleo tal que valiera la pena de formar parte de la fila? Y ¿no sería muy escasa la probabilidad de que yo lo obtuviera? Pero luego me acordé de que se me había guiado a que contestara ese anuncio y comprendí que no se me podía guiar a la frustración. Tomé pues mi puesto en la fila. Casi inmediatamente salió un señor de uno de los cuartos y preguntó en voz alta si alguno de los que formaban la hilera se interesaba en el puesto que yo iba a solicitar. Y yo era el único. Obtuve el empleo, y dentro de pocos días me hallaba desempeñando una clase de trabajo que desde entonces me ha interesado cada vez más y me ha remunerado también crecientemente.
La Christian Science me ha guiado del temor y el desaliento al hábito de esperar el bien o lo bueno. Ha sostenido la salud, la felicidad y la subsistencia de mi familia y la mía a través de varias pruebas por las que hemos pasado, y nunca nos ha fallado cuando la aplicamos correctamente. Yo estoy profundamente agradecido por la Christian Science y especialmente por Mrs. Eddy, cuyos escritos han hecho la verdad del ser práctica y asequible para todos.— Nueva York, Nueva York, E.U.A.
Tengo el gusto de confirmar el testimonio que antecede y de expresar mi hondo aprecio de esa curación y de todo lo que de bueno ha seguido favoreciéndonos, incluso muchas curaciones físicas. Toda mi vida he agradecido profundamente la Christian Science.
Por muchos años mi trabajo había sido muy arduo y usualmente lo había desempeñado bajo gran presión mental. A veces parecía yo incapaz de salir con bien de la situación. Con la ayuda bondadosa de una practicista quedé libre de esa tensión y se me renovaron mis fuerzas y mi inspiración y logré terminar mi trabajo a tiempo.
Cuando nació nuestro hijo, tuve un alumbramiento normal y sin dolor a pesar de que un doctor había predicho que tendría yo un parto difícil. Unos doctores que llamó el médico que me atendía nos dijeron que nuestro hijo era patituerto y que una pierna era más corta que la otra. Inmediatamente solicitamos tratamiento según la Christian Science para esto. Aunque ya para cuando el niño tenía cuatro meses todo parecía haberse enmendado, tres meses después me preocupó mucho encontrar que una de las piernas era más corta que la otra. Con amoroso ánimo el practicista que consultábamos nos dijo que el niño quedaría bien. Al cumplir doce meses sus piernas estaban parejas y pudo andar normalmente. Cinco años después, cuando solicitamos del doctor que me había atendido cuando nació el niño que llenara la tarjeta de sanidad necesaria para que ingresara el niño en la escuela, el médico escribió: “Pies excelentes.”
Estoy profundamente agradecida por el cuidado amable que nos dispensa Dios y por las pruebas constantes de que la Christian Science cura. Doy las gracias también por haber recibido instrucción facultativa de la Christian Science, por Mrs. Eddy, y por todos los que me han ayudado en mi vida.
