“¡ Bueno es alabar a Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo!” (Salmo 92:1.) Como el Salmista, doy gracias a Dios por las bendiciones ilimitadas que en Su amor me ha otorgado.
Hace varios años enfermé tan gravemente que tuve que dejar de trabajar. Cumpliendo con el reglamento de la casa que me empleaba, me vi obligado a llamar a un doctor que diagnosticó así: Anemia perniciosa y parálisis de la espina dorsal, afectando los ríñones. Después de consultarlo varias veces, el doctor decidió internarme en un hospital para observar mi caso. Cuando salí de su consultorio en esa última visita me hallaba sumamente desalentado, por lo cual solicité entrevistar a una practicista de la Christian Science que con su tratamiento orando me reconfortó y me sostuvo cariñosamente.
En la fecha señalada me presenté en el hospital pero iba resuelto a no quedarme allí. El doctor procuró convencerme de que me sometiera a su tratamiento, cosa que persistí en rehusar y regresé a casa sintiéndome más desahogado y más consciente de la presencia de Dios.
Con el apoyo de los tratamientos de la practicista, me volví de lleno a Dios. Me puse a estudiar reverentemente el libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, releyéndolo varias veces desde el principio hasta el fin. Pasé por algunas horas difíciles y tuve varias fuertes luchas mentales, mas perseveré en oración con mi trabajo metafísico y poco a poco sentí que iba yo naciendo de nuevo. Recobré mis fuerzas, y mi consciencia quedó libre de todo temor. Así pude darme cuenta de que Dios es el único poder y que yo como hijo Suyo soy Su reflejo perfecto. Tres meses después volví al desempeño de mis obligaciones profesionales, completamente restablecido y mi curación ha sido permanente.
Estoy profundamente agradecido a la Christian Science por las bendiciones de que he sido objeto, incluso el privilegio de concurrir a la Escuela Dominical. Rebosa mi profunda gratitud hacia Cristo Jesús, nuestro Ejemplificador del camino, y hacia Mrs. Eddy, nuestra amada Guía. También le agradezco mucho a la practicista me haya ayudado tan fielmente a elevarme por encima de la discordante situación en que me hallaba.
Lausana, Suiza
