“Es ya hora que despertemos del sueño,” l!y amonestaba Pablo en su epístola a los Romanos (13:11), declarando además: “La noche está muy avanzada, y el día se acerca; desechemos pues las obras de las tinieblas, y pongámonos las armas de la luz.”
Es evidente que con ese llamado Pablo instaba a la gente a que despertara espiritual- mente y se pusiera la armadura inexpugnable de Dios, defensa segura contra el mal. No les indicaba Pablo que lucharan con el mal o sea el error, sino que, como enseña la Christian Science, hay que negarle firmemente su pretendida realidad y así echarlo fuera. Les aconsejaba más bien que, previa esa negación, desarrollaran su unión más estrecha con Dios.
Alumbrando nuestro pensamiento con las verdades espirituales que constituyen el ser exterminamos la mentira que erróneamente afirma la realidad de la existencia mortal, como la luz del día ahuyenta sin esfuerzo las tinieblas de la noche.
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