Frisaba yo en los veinte años de edad cuando se había perdido toda esperanza de que siguiera viviendo. Durante seis meses había estado en cama y al cuidado de un doctor enferma del corazón y de los pulmones, y tan débil que ni comer de por mí misma podía. Unos conocidos con los que tenía negocios mi padre le recomendaron llamara a un practicista de la Christian Science
Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. a que me atendiera. Se rehusaba al principio; pero cuando parecía que yo seguiría viviendo meras horas ya, cambió de parecer y llamaron a una practicista.
Las explicaciones que ella me dió de la Verdad arrojaron nueva luz sobre la Biblia; algunos pasajes resaltaban más luminosamente y al claror de la Christian Science los entendí por primera vez. Cuando adquirí un ejemplar del libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, me puse a estudiarlo, lo cual me hizo entender mejor cuán cerca está Dios, como el Todo en todo que es. Era admirable. Me olvidé por completo del estado físico en que me hallaba y seguí estudiando sólo para saber más de Dios. En tres días ya estaba levantada y atareada en quehaceres de casa, sin mínima impresión de cansancio. No ha recaído la afección cardíaca y pulmonar.
No tardé en retirar mi nombre de la lista de miembros de la que había sido mi iglesia y fui aceptada de miembro de una Iglesia Científica de Cristo. Estoy sumamente agradecida por la instrucción facultativa que recibí de una maestra consagrada. La Christian Science es hoy todo para mí.—Modesto, California, E.U.A.
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