De joven, siempre me pareció que tenía que haber algo más relacionado con el vivir que lo que parecían mostrar los sentidos humanos. Sentía curiosidad por conocer la razón de mi existencia y la naturaleza de Dios. Durante esa época me mantuve cerca de mi casa. (Tenía una debilidad cardíaca congénita que había sido diagnosticada por el médico de la familia.) Como resultado, mi vida estaba en extremo restringida, y mi madre parecía ser para mí el mundo entero. Cuando ella enfermó y murió, pareció como si me hubieran quitado la base misma de mi vida.
Sin embargo, como leemos en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por nuestra Guía, Mary Baker Eddy (pág. 266): “ ‘La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios’ ”
Un sentido espiritual, que había estado dormido, despertó, y sentí un fuerte deseo de conocer más acerca de Dios. De modo que me volví hacia la religión ortodoxa en la cual me había criado; pero no encontré ninguna respuesta.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!