¿Está usted luchando con alguna enfermedad? ¿O con alguna forma obstinada de pecado? Tenga valor, la ayuda está a su alcance.
Esta ayuda es el Cristo, la Verdad.
Al toque del tierno Cristo — la siempre vivificante idea sanadora del irresistible y omnipotente Amor, de Dios mismo — las ilusiones de la mortalidad desaparecen. Es decir, cuando sentimos el todo poder del Cristo iluminador, específicas y oscuras creencias de enfermedad o de pecado se desvanecen como las sombras de un sueño, sea cual fuere su magnitud, aspecto, nombre o duración.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!