Durante un intercambio de ideas sobre problemas que encara la juventud hoy en día, un estudiante hizo la siguiente observación: “Probablemente lo peor es sentirse atraído en dos direcciones: por lo que le han enseñado a uno que está bien, y por lo que mucha gente que uno conoce está haciendo. Drogas, alcohol y sexo predominan por todas partes y están al alcance de todos”.
Otro estudiante agregó: “Le llega a uno. He visto que esto le ha ocurrido a quienes no tenían antecedentes de algo semejante y que realmente no querían caer en ello”.
La tentación no es nada nuevo. Viene de muy atrás, desde que la humanidad empezó a reconocer la diferencia entre el bien y el mal; y se encuentra a través de toda la Biblia, desde la historia de Adán y Eva hasta los relatos de la carrera de Cristo Jesús, hace unos dos mil años.
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