Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Tu lugar secreto

Del número de agosto de 1983 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Tienes un lugar secreto en tu casa o afuera en tu jardín o calle abajo? ¿Un lugar que nadie conoce excepto tú? ¿Donde te sientes especial y a salvo? Tal vez vayas allí cuando no quieras jugar con tus amigos o simplemente deseas estar tranquilo.

Todos podemos tener otra clase de lugar secreto. Este lugar no tiene que estar en el jardín o en la casa. Es un “lugar” en el pensamiento al que llamamos oración.

Cristo Jesús habló mucho sobre la oración en su Sermón del Monte, sobre cómo orar y cómo no orar. Él indicó cuán equivocado era hacer de la oración una gran exhibición, usar palabras o asistir a la iglesia para que lo vieran los demás. Luego dijo: “Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Mateo 6:6.

En la época de Jesús, las casas a menudo tenían un cuarto destinado al descanso y la oración, y este cuarto en la Biblia se llama aposento. Pero en la Biblia aprendemos que Jesús oró en muchos lugares: en un monte, en el Huerto de Getsemaní, o en la casa de un amigo, rodeado de sus discípulos. Es obvio que Jesús no creía necesario ir a un lugar especial para orar, ni tampoco tenía que estar solo para hacerlo. Se refería a un lugar tranquilo en el pensamiento.

La Ciencia Cristiana enseña que Dios es Mente y que está en todas partes. Entonces, cuando vamos a este “aposento” del pensamiento, Dios ya está allí, viendo Su propia creación perfecta. Reflejamos a Dios, la única Mente, y a medida que oramos, también nos vemos a nosotros y a los demás como Sus hijos, felices y libres. Esta oración es tranquila, llena de ideas hermosas que provienen de Dios. Excluye los pensamientos de temor, hirientes o acerca de cosas sin importancia.

¿Recuerdas este verso de un poema de Mary Baker Eddy? Está en el Himnario de la Ciencia Cristiana.

Bajo Sus alas de poder estoy
y en lo secreto de Su senda voy;
busco y encuentro; y ésta es mi canción:
“Contigo estoy” en guardia y oración.Himnario, No. 207. Ver también Escritos Misceláneos, pág. 389.

Este lugar de oración, en el que buscamos a Dios, está siempre donde nosotros estamos. Los ángeles de Dios son pensamientos espirituales, que están siempre con nosotros. Podemos estar en este lugar secreto en el momento que queramos.

El que habita al abrigo
del Altísimo
morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová:
Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré...
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.

Salmo 91:1, 2, 11

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 1983

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.