Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Hace algún tiempo se apoderó de mí un intenso dolor alrededor del...

Del número de agosto de 1983 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace algún tiempo se apoderó de mí un intenso dolor alrededor del corazón lo que hacía que cada movimiento del cuerpo fuera en extremo doloroso mientras duraba el dolor. Además, me era muy difícil respirar profundamente. Me di cuenta de que tenía que hacer algo rápidamente. Así que, allí mismo donde estaba me puse a orar para saber que la única Mente, Dios, siempre está presente, y que yo era el reflejo de Dios, no material sino completamente espiritual. También afirmé que la acción de Dios es por siempre continua, perfecta, sin dolor alguno. Me aferré a estas verdades de mi ser verdadero, y me sentí fortalecida y más aún al reflexionar sobre la “exposición científica del ser” (Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, pág. 468). Comienza así: “No hay vida, verdad, inteligencia ni sustancia en la materia. Todo es Mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo”. Me sentí liberada después de unos minutos.

Esos ataques de dolor ocurrieron dos o tres veces más, y cada vez declaré esas verdades. Ahora ya ni recuerdo cuando se produjo la curación, porque el problema sencillamente desapareció. Nadie en mi trabajo ni en mi casa supo de esto. Podría también agregar que soy una persona muy activa y llevo a cabo mis diarias tareas con facilidad. No hay palabras para expresar cuán profundamente agradecida estoy por esta curación, especialmente porque muestra que tenemos la verdad siempre presente para ayudarnos, dondequiera que estemos.

La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud (pág. 61): “Los hijos de padres de mente espiritualizada heredan más intelecto, mentes más equilibradas y constituciones más sanas”. Esto ciertamente se ha comprobado en mi familia. Mientras crecíamos, mi hermano, mi hermana y yo no sufrimos ninguna de las llamadas enfermedades de la infancia, y todavía tenemos la bendición de una buena salud.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5, 6). Estoy aprendiendo cada vez más a confiar en el Señor diariamente, en el hogar, en el trabajo y en las actividades de la iglesia.

Estoy empleada en una gran tienda de artículos generales. Un día hice una transacción a crédito con un cliente que más tarde se descubrió que carecía de honradez. Cuando yo lo supe, se me dijo que si el cliente no pagaba la cuenta yo tenía que hacerme cargo de la deuda. Inmediatamente rechacé la idea de falta de honradez e insistí en que el hombre es el reflejo espiritual e impecable del Amor divino. Nunca se me ocurrió que el resultado no sería armonioso.

Al cabo de dos días la situación se resolvió satisfactoriamente. Inmediatamente después, encontré esta declaración apropiada en Ciencia y Salud (pág. 288): “La Ciencia revela las gloriosas posibilidades del hombre inmortal, jamás limitado por los sentidos mortales”.

He encontrado artículos perdidos, o muchas veces me fueron devueltos, siempre que recurrí al Amor infinito. Cierta situación — un robo — fue resuelta después de haber confiado pacientemente en Dios, sabiendo que sólo el bien motiva al hombre. Firmemente negué que el hombre no puede desear apoderarse de lo que no le pertenece. Con gran sorpresa de un miembro de mi familia, nos fue devuelto este objeto después de tres semanas.

Una comprensión espiritual acerca de Dios y el hombre, aunque sea pequeña, restaura la armonía.


Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 1983

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.