El buen éxito en nuestra práctica de Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), depende en gran manera de nuestra certeza de que es verdad absoluta. ¿Cómo obtenemos esta certeza, esa seguridad que está exenta de toda duda? Mediante el reconocimiento de que estamos estudiando y practicando una Ciencia divina infalible. Nuestra confianza no radica en nosotros como estudiantes que estamos aprendiendo a demostrar esta verdad paso a paso. Nuestra convicción descansa en el Principio infalible de la Ciencia.
La Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, no inventó esta Ciencia. Descubrió la Ciencia divina que siempre ha existido o, más bien, coexistido con Dios. En Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras nos dice: “La Ciencia es una emanación de la Mente divina, y sólo ella es capaz de interpretar a Dios correctamente. Su origen es espiritual, no material. Es una declaración divina — el Consolador que guía a toda la verdad”.Ciencia y Salud, pág. 127.
La certeza de la Ciencia Cristiana radica en el hecho de que es la verdad absoluta acerca de Dios y el hombre, que se presenta en la Palabra inspirada de las Escrituras. Esta Ciencia afirma y confirma las enseñanzas del Metafísico por excelencia, Cristo Jesús, y las de los patriarcas, profetas y apóstoles inspirados por Dios. La misma certeza de la Verdad demostrada en sus obras sanadoras es nuestra base como sanadores cristianos hoy en día.
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