Todos conocemos el fenómeno humano que cuanto más alto subimos, más lejos podemos ver. El extenso panorama se amplía ante nosotros cuando nos detenemos en la cima de la montaña o miramos la ciudad desde el techo de un rascacielos. El que permanece en el subterráneo tiene un sentido muy restringido de las glorias de la naturaleza y de la belleza del amanecer.
Una conclusión metafísica natural se evidencia: cuanto más elevado y espiritual se vuelve nuestro pensamiento, más percibimos la bondad de Dios. Lo elevado del pensamiento espiritual nos capacita para ver y experimentar la naturaleza ilimitada de la Mente divina, Dios.
En la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), entendemos que los puntos de vista más elevados y los inferiores corresponden al punto de vista espiritual de la realidad o al punto de vista material. Estos contrastantes puntos de vista están claramente ilustrados en la Biblia en los primeros capítulos del Génesis. El punto de vista más elevado presenta al hombre como el amado hijo que Dios creó a Su semejanza; el punto de vista inferior describe al hombre como un pecador miserable sujeto a ser condenado y maldecido.
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