Duérmete, pequeñito querido.
Los brazos de mamá rodeándote están.
Estamos seguros, totalmente cuidados,
a través de la noche somos amados.
Acalla tu llanto, mi muy amado,
cierra tus ojos grandes y confiados.
Cuanto precisamos con nosotros está;
el Padre-Madre Dios es sagaz.
Te arroparé con tus cobijas
y estarás cual un gorrión en su nido.
Dios, a los dos juntos nos está abrazando;
en Su bondad somos bendecidos.
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