Cuando los cristianos se comprometen a entregar su vida a Dios, logran un gozo especial al confiar en El para que los guíe en todo aspecto de su experiencia. De hecho, eligen la norma de vivir que Cristo Jesús expuso en el Padre Nuestro cuando instruyó a sus discípulos a orar al Padre: “Hágase tu voluntad...” Mateo 6:10.
Con tal compromiso sincero, algunos cristianos también eligen confiar exclusivamente en Dios para la curación. Si son enfrentados por la enfermedad, una lesión o cualquier otra dificultad, ellos oran. Reconocen agradecidos que Dios es la fuente infalible de consuelo, fortaleza y libertad. La ley sanadora de Dios es su primer recurso a pesar del desafío que tengan que encarar.
Pero la gente algunas veces se pregunta si realmente importa en qué vamos a confiar para que se efectúe la curación. Si la curación espiritual trae alivio físico y si los medios materiales o el tratamiento médico también ofrecen curación, ¿por qué es importante que uno elija recurrir a Dios para la curación?
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