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Por qué es importante la curación espiritual

Del número de octubre de 1985 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando los cristianos se comprometen a entregar su vida a Dios, logran un gozo especial al confiar en El para que los guíe en todo aspecto de su experiencia. De hecho, eligen la norma de vivir que Cristo Jesús expuso en el Padre Nuestro cuando instruyó a sus discípulos a orar al Padre: “Hágase tu voluntad...” Mateo 6:10.

Con tal compromiso sincero, algunos cristianos también eligen confiar exclusivamente en Dios para la curación. Si son enfrentados por la enfermedad, una lesión o cualquier otra dificultad, ellos oran. Reconocen agradecidos que Dios es la fuente infalible de consuelo, fortaleza y libertad. La ley sanadora de Dios es su primer recurso a pesar del desafío que tengan que encarar.

Pero la gente algunas veces se pregunta si realmente importa en qué vamos a confiar para que se efectúe la curación. Si la curación espiritual trae alivio físico y si los medios materiales o el tratamiento médico también ofrecen curación, ¿por qué es importante que uno elija recurrir a Dios para la curación?

En primer lugar, la curación espiritual ofrece mucho más que sólo una curación de enfermedades somáticas. Los medios espirituales no son meramente un método alternativo para cuidar la salud. La verdadera curación espiritual es curación científica, y cristiana. Y la curación cristiana va mucho más profundo que la restauración de funciones físicas defectuosas a la normalidad o la liberación de condiciones dolorosas corporales. La curación cristiana sí hace estas cosas; pero también nos cambia: regenera, renueva, transforma nuestra manera de pensar, espiritualiza nuestra consciencia.

Esta transformación, esta espiritualización de la consciencia es la esencia de la razón por la que uno elige la curación espiritual. Los medios materiales operan desde otra base; los métodos que confían en la materia no requieren oración o apartarse del pecado, o una comprensión de la ley espiritual. Generalmente los medios materiales de procurar curaciones están relacionados con la manipulación del cuerpo, medicinándolo, haciéndole hacer ejercicios, o quitándole una parte que lo molesta.

Pero la curación cristiana está basada enteramente en la oración; y necesariamente incluye redención y regeneración. También, la verdadera curación cristiana no puede ser separada de la comprensión espiritual, de la comprensión de que Dios es Espíritu infinito, Mente divina, Amor puro, y que el hombre es el reflejo perfecto y espiritual de su Hacedor.

Hay muchos otros aspectos importantes de la curación espiritual que además mostrarán por qué ésta no es simplemente una forma alternativa de curación. Por ejemplo, es un elemento vital de nuestra adoración a Dios. La curación espiritual glorifica a Dios, demostrando la omnipresencia de Su amor y mostrando la supremacía del poder espiritual. Su disponibilidad no está limitada ni restringida por condiciones materiales, pues podemos orar dondequiera que estemos. La curación espiritual nos acerca más a Dios; crecemos en gracia. Con el cambio de pensamiento y carácter que la acción del Cristo, la Verdad, impulsa mediante la oración, la curación espiritual es curación permanente.

Además, la curación espiritual era la base del propio ministerio de Cristo Jesús y de la misión continua que asignó a sus seguidores. Nuestro Maestro dijo: “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre”. Juan 14:12.

En una de sus Lecciones Bíblicas la Sra. Eddy explica algo del significado poderoso de las palabras de Jesús antes citadas. Escribe: “La realización de las grandes verdades de la curación cristiana pertenece a toda época; como claramente lo manifiesta la citada Escritura, y como lo confirma el cristianismo primitivo”. Después, la Sra. Eddy se refiere a otro pasaje de las Escrituras donde Jesús especifica el lugar esencial de la curación espiritual. Ella declara: “Asimismo, el último capítulo del Evangelio según San Marcos es enfático en este tema; haciendo de la curación una condición de la salvación, que se extiende a través de todas las épocas y por toda la cristiandad”.Escritos Misceláneos, pág. 192.

Con cada curación efectuada mediante la oración, estamos haciendo progresos en la obra de nuestra salvación. A medida que nuestras oraciones y nuestras curaciones demuestran algo de la armonía pura de la creación de Dios — la verdad del ser — también estamos ayudando al mundo a liberarse de la creencia en la mentira de que hay un poder que se mantiene en oposición a Dios. Fundamentalmente, eso es lo que es la enfermedad: una mentira que sugiere que existe algún poder que podría invalidar la verdad de la omnipotencia de Dios y Su bondad infinita.

La curación cristiana refuta mentiras. Elimina el temor y la ignorancia. Expulsa el pecado. Nos transforma. La curación cristiana es “una condición de la salvación”. Por eso, es importante.

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