¿Cómo pudo haber sucedido esto? ¿Qué lo causó? ¿Cómo comenzamos a tratar el caso en la Ciencia Cristiana?
Estas fueron algunas de las preguntas que se nos presentaron a mi esposa y a mí cuando nuestro hijo menor se hirió una mano y necesitó ayuda.
Después de tomar los pasos necesarios para limpiar y vendar cuidadosamente la herida, y consolarlo, dedicamos toda nuestra atención a la oración sanadora para el niño. Pero nuestros más sinceros esfuerzos eran continuamente interrumpidos por las importunas preguntas antes mencionadas.
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