Hay un solo Principio divino, Dios, y hay una sola enseñanza divina de ese Principio. Mediante Su Cristo, la Verdad, Dios se ha revelado a Sí mismo, a Sus leyes que todo lo gobiernan y a Su creación perfecta, incluso el hombre espiritual. La Biblia, y el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, registran esta enseñanza y muestran cómo es aplicable para responder a las necesidades humanas.
Fundamentalmente, hay un solo Maestro también: la Mente, la Vida y el Amor divinos. Debido a que Cristo Jesús comprendía y demostraba cabalmente el Principio divino, Dios, él enseñó más eficazmente que ningún otro que el mundo haya conocido jamás. En la relación de Jesús con sus seguidores inmediatos, podemos descubrir cómo atraía el Maestro a sus discípulos y les enseñaba a su vez a enseñar. Aquel que confiaba en Dios implícitamente para cumplir con Su propia revelación dijo: “Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí”. Juan 6:45.
Con la Palabra de Dios revelada para que la estudiemos, y la presencia de Dios, actuando mediante Su Cristo eterno, para enseñarnos, ¿por qué necesitamos la instrucción en clase Primaria de Ciencia Cristiana? La Sra. Eddy pregunta: “¿Por qué leemos la Biblia, y luego vamos a la iglesia a escuchar su explicación? Sólo porque ambas cosas son importantes”. Y más adelante agrega: “Usted se beneficia leyendo Ciencia y Salud, pero le es muy ventajoso que la autora de esta obra lo instruya en esta Ciencia, quien la explica en detalle”.Escritos Misceláneos, pág. 35.
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