Supongamos que usted ha sido nombrado maestro de los alumnos mayores. Este es su primer encuentro con ellos. El aire está cargado de vitalidad, de nuevas aventuras y posibilidades (igual que cuando los capitanes de viejos navíos, antes de partir a largos viajes, pasaban revista a su tripulación en la cubierta).
Sin ningún preámbulo, y hablando en tiempo presente, usted se sumerge en un relato de la Lección Bíblica. Las Lecciones Bíblicas semanales se encuentran en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Lo denomina “El hombre que lo quiere todo”. (Los relatos sirven para mantener la atención.)
“Esta es la historia de un hombre”, les dice usted, “que ansía vivir la vida, disfrutar de lo que el mundo ofrece; siente también un profundo deseo de saber, de conocer. Se hace construir casas, siembra viñedos, manda que le traigan oro y tesoros exóticos desde lugares lejanos, se rodea de músicos...
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