¿Ha sentido usted alguna vez la necesidad o el deseo de cambiar de empleo? Pocos empleos son perfectos y, a veces, cuando existen problemas, es posible que sintamos la tentación de pensar que el único modo de solucionarlos es cambiando de empleo.
Si nuestra experiencia incluye tal pensamiento negativo, no es porque Dios haya dejado de amarnos. Es porque no reconocemos ni aceptamos Su amor siempre presente para todas Sus ideas espirituales. Estas ideas incluyen su ser verdadero y el mío (al hombre que la Biblia nos dice que fue creado a Su semejanza). La Sra. Eddy nos asegura en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: “Dios es infinito, por lo tanto siempre presente, y no hay otro poder ni otra presencia”.Ciencia y Salud, pág. 471.
Puede haber varios factores en nuestro trabajo que parezcan indicar que un cambio de empleo sería beneficioso. Pero un cambio no es el único e inevitable camino que nos asegure nuestra prosperidad futura. Sería mejor encarar el descontento que sentimos en nuestro trabajo como un desafío a nuestra integridad y a nuestro valor. Cuando me sentí desconforme con el horario de mi trabajo, hace algunos años, eso fue lo que hice.
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