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He visto que los cultos en una filial de la Iglesia de Cristo, Científico...

Del número de diciembre de 1986 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


He visto que los cultos en una filial de la Iglesia de Cristo, Científico son una fuente de curación e inspiración. En cada culto de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), uno escucha lecturas de la Biblia y del libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Estos dos libros son el pastor dual de La Iglesia Madre, La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, Massachusetts, y de sus filiales en todo el mundo.

Cierto domingo por la mañana, comprendí que obedecer a Dios era esencial en mi vida. Un amigo y yo íbamos viajando en bicicleta a través de la región sur de los Estados Unidos. En esos tiempos, yo no era un activo Científico Cristiano, ni tampoco llevaba una vida moral. Pero sí me gustaba asistir a los cultos de las filiales en las diferentes ciudades. En una de las ciudades que visitamos, asistimos a un culto dominical. Al escuchar las lecturas en esa iglesia filial, me sentí completamente en paz. Sentí la presencia de Dios y Su amor por mí. Entonces supe que la Ciencia Cristiana era el camino a la verdadera felicidad.

Fue durante ese culto que verdaderamente sentí el poder de Dios. Esta experiencia me inspiró a recurrir de todo corazón a Dios. Mediante la oración y el deseo de servir a Dios, pude abandonar la bebida, las drogas y una actividad criminal. Después de ese culto, nunca más me entregué a esos vicios. El libro Ciencia y Salud da la siguiente definición de Iglesia (pág. 583): “La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino y procede de él.

“La Iglesia es aquella institución que da prueba de su utilidad y eleva a la raza humana, despierta al entendimiento dormido de las creencias materiales para que comprenda las ideas espirituales y demuestre la Ciencia divina, y así echa fuera a los demonios, o al error, y sana a los enfermos”.

Después de la curación arriba mencionada, vi que los cultos de la iglesia continuaban siendo una bendición para mí en muchas formas. A menudo he logrado curaciones al escuchar las lecturas de la Biblia y del libro Ciencia y Salud, y luego meditando sobre ellas. Me parece que Cristo Jesús reconoció la curación como algo esencial para la salvación. Cuando él envió a los doce discípulos a ayudar a otros, les ordenó: “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10:8).

En las reuniones de testimonios de los miércoles en la Iglesia de Cristo, Científico, las personas relatan curaciones y experiencias que han tenido a través de la aplicación de las verdades de la Ciencia Cristiana en la vida diaria. En una reunión de testimonios de nuestra iglesia filial, una señora dio un testimonio e hizo hincapié en el hecho de que Dios no conoce accidentes. A la mañana siguiente, estudié una declaración del libro Ciencia y Salud que ella había citado en su testimonio. Este estudio me llevó a la afirmación devota de que no hay accidentes en el reino de Dios; de que Su creación, el hombre, es perfecta. Mediante la oración y el estudio, sentí una gran paz dentro de mí.

Esa noche, mientras conducía el auto, me vino la sugestión de que iba a sufrir un accidente. Me sentí inclinado a tener miedo, y, posiblemente, llevar el auto a un lado de la carretera y parar. Entonces me acordé de mi oración de esa mañana relacionada con accidentes. Oré otra vez. Sabía que un accidente no era la voluntad de Dios y que la sugestión maligna no tenía poder para gobernarme. El temor fue rápidamente eliminado de mi pensamiento. Llegué a la próxima intersección para virar a la izquierda, y, en el momento en que iba a virar, el volante se inmovilizó y el auto se detuvo. Era como si yo no estuviera conduciendo el auto. Al ocurrir esto, otro auto, que venía a gran velocidad, pasó la luz roja desde la dirección opuesta, en el mismo lugar en donde yo hubiese hecho el viraje hacia la izquierda. Alabé a Dios por esta evidencia de Su protección y gobierno.

Estoy verdaderamente agradecido por la Ciencia Cristiana. Yo sé que cada culto de la Iglesia de la Ciencia Cristiana, por grande o pequeña que sea la concurrencia, tiene que ser una bendición a nuestro mundo. Estos cultos ciertamente me han bendecido.


Hace casi cinco años que soy la esposa de David. Yo estaba en el auto con él la noche que el otro auto pasó la luz roja. Antes de ocurrir esto, David me había contado la impresión que tuvo de un accidente inminente. Los dos hablamos sobre las verdades espirituales que se relacionaban con la situación y cada uno oró en silencio para aclarar nuestro pensamiento. El incidente ocurrió tal como David lo ha declarado, y ambos reconocimos el gobierno y la protección de Dios.

David también me ha contado sobre sus actividades del pasado relacionadas con el crimen, la droga y así por el estilo, y me ha hablado de su curación. Desde que estamos casados, David se ha desempeñado como capellán y trabajador en las instituciones, y ha tenido mucho éxito en ayudar a delincuentes juveniles. Además ha servido activa y fielmente en nuestra iglesia filial en varias actividades.

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