¿Acaso la paz no comienza sintiéndose en el corazón de cada uno de nosotros? Cuando deseamos la paz al punto de practicarla en nuestra propia vida, en nuestra comunidad, estamos ayudando a difundir la luz de la paz por toda la tierra. Evidentemente esta receta para la paz raras veces se sigue, como lo demuestran los continuos y aparentemente interminables conflictos entre individuos y naciones.
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