Hace poco, cuando estaba pagando por unos artículos que había comprado en un negocio, la cajera me ofreció un cupón diciendo que yo podía ganar valiosos premios. Rechacé cortésmente el cupón, y le dije a la cajera que si yo pensara que la buena suerte pudiera ayudarme, también podría creer que la mala suerte me podía dañar.
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