Puesto Que Creci asistiendo a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, recurría naturalmente a la oración para la curación de todos los aspectos de mi vida. Cuando salí de Argentina, mi tierra natal, con el propósito de estudiar en una universidad de los Estados Unidos, me hice miembro de La Iglesia Madre y tomé instrucción en clase de la Ciencia Cristiana. Años más tarde me casé y tuvimos dos hijos. Aunque mi esposo no era Científico Cristiano, los dos niños asistieron a la Escuela Dominical mientras crecían y tuvieron muchas curaciones.
Cuando llevábamos unos años de casados, luché con un serio problema físico. Le pedí ayuda a un practicista de la Ciencia Cristiana, pero cuando la condición empeoró, me llevaron a un hospital para recibir tratamiento médico a insistencia de mi esposo. Con el tiempo me recuperé. Pero cuando regresé a casa me sentí muy confundida sobre lo que había pasado. Luego renuncié como miembro de una iglesia filial de la Ciencia Cristiana, y terminé por abandonar la Ciencia Cristiana por aproximadamente dieciocho años.
Mientras tanto mi esposo y yo nos divorciamos. Regresé a la universidad para cursar estudios de graduados y más tarde me casé de nuevo. Mi segundo esposo era una persona muy amorosa, gentil y comprensiva que me dio libertad total para vivir mi vida como yo quisiera. Años más tarde cuando me encontré enfrentando un severo problema intestinal, decidí regresar a la Ciencia Cristiana.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!