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Fui Criada En la Ciencia Cristiana...

Del número de abril de 1993 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Fui Criada En la Ciencia Cristiana y mi infancia fue feliz y saludable. Pero cuando nuestra hija mayor estaba en el jardín de infantes, nos enfrentamos con un gran desafío: ella se enfermó y no mejoraba. Su padre, que no era Científico Cristiano, me pidió que la llevara al médico para que le hiciera un diagnóstico.

El médico la examinó minuciosamente una y otra vez, y parecía muy angustiado. Inmediatamente oré para reconocer la perfección espiritual de la niña, hecha a semejanza de Dios, y para poder “proteger mi pensamiento” y no aceptar ningún veredicto de enfermedad como algo real. Cuando el doctor dejó salir a la niña, muy suavemente me dijo que él creía que tenía leucemia y que era necesario internarla para hacerle análisis más exhaustivos. A pedido mío acordamos hacerle esos análisis como paciente externa. La llevé dos veces para que le hicieran análisis. Más adelante él llamó para informarme que los análisis habían confirmado sus más temidas sospechas.

Como el médico no nos daba ninguna esperanza, el padre de la niña permitió que recibiera ayuda por medio de la oración en la Ciencia Cristiana. Dijo que su deseo era que volviéramos al médico, pero que podíamos hacerlo después que yo me sintiera en paz.

¡Paz era lo menos que sentía en ese momento! Aprendí lo que significa “orar sin cesar” como aconseja Pablo (1 Tesalonicenses). Al principio no sólo estaba yo asustada de la enfermedad sino también asustada de mi propio temor. Pero resolví mantener mi pensamiento del lado de la verdad, la verdad de que Dios, el bien, es Todo-en-todo. Esto implicaba orar constantemente. Durante ese período, mi pasaje favorito de la Biblia fue el de Isaías: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te sustentaré con la diestra mi justicia”.

El temor gradualmente disminuyó a medida que pude ver con más claridad la perfección espiritual de la niña, que el hombre es en verdad la semejanza de Dios y sólo puede reflejar la plenitud de Dios. También la vi como la creación perfecta de Dios, que es la única causa y el único creador. Durante ese tiempo un practicista de la Ciencia Cristiana nos apoyó firmemente a través de la oración basada en el entendimiento del amor y cuidado de Dios para Su hija. También los himnos del Himnario de la Ciencia Cristiana fueron de mucha ayuda durante esos días de gran actividad para mí, con tres niños pequeños y un cuarto en camino.

Durante ese período, un domingo, al volver de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, nuestra hija nos comentó que había tenido una clase muy especial. Meses más tarde su maestra me dijo que ese día ella misma había estado luchando con una enfermedad. En esa hora de clase ella había sentido gran inspiración a través del pensamiento puro de nuestra hija, y sanó rápidamente. Estoy llena de gratitud por nuestras Escuelas Dominicales.

Después de aproximadamente dos semanas, yo había logrado confiar en la perfección de la creación de Dios, incluso nuestra hija. Volvimos a ver al médico y después de hacer un examen minucioso, nos dijo que no podía encontrar ningún síntoma de leucemia. ¡Qué grande fue nuestro regocijo! Como el médico no podía explicarse lo sucedido y aún estaba preocupado, dijo que quería volver a verla en una semana y después otra vez en un mes. Los resultados fueron los mismos y él compartió nuestra alegría.

Nuestra hija, que compitió en carreras de natación durante muchos años, ha sido muy sana y ahora tiene dos hijos. No necesito decir que mi gratitud es inmensa. La Ciencia Cristiana ha traído indecibles bendiciones a nuestra familia por cinco generaciones.


Yo soy la hija que mi madre menciona en el testimonio. Aunque crecí oyendo el relato de esta curación, sólo recuerdo haber estado en un ambiente de sanatorio. Como he experimentado curaciones yo misma, y conozco a mi madre, estoy segura de que mi curación ocurrió como ella la describe.

Aunque no soy miembro de La Iglesia Madre, recurro a Dios para sanar. Estoy agradecida por la ayuda que recibí de una practicista de la Ciencia Cristiana durante los nacimientos armoniosos y la salud de nuestros hijos. También agradezco el apoyo y el amor que he recibido de muchas personas de la comunidad de Científicos Cristianos.


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