He Disfrutado De tantos testimonios en las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana que me gustaría compartir uno propio.
En 1972 dejé una empresa grande con trabajo seguro para irme de socio en un pequeño negocio en mi pueblo natal. Había orado mucho para dar este paso, ya que muchos de mis amigos pensaban que era muy tonto que dejara un trabajo tan bueno para meterme en un negocio nuevo tan arriesgado. Pero yo me sentí divinamente guiado para hacer el cambio y así lo hice.
En cuanto empecé, investigué los libros de la nueva companía y encontré todo tipo de discrepancias. Había evidencia de financiamiento que no cubría los gastos, doble financiamiento, malas relaciones con los clientes, cuentas atrasadas, cuentas por cobrar atrasadas, certificados vencidos, malas actitudes entre los empleados, inventarios inadecuados y un surtido excesivo de equipo que habíamos recibido como parte de pago. Estaba abrumado. Pero para entonces, ya había comprado las partes de dos socios, así que no tenía más alternativa que abordar los problemas y resolverlos.
Fue entonces que busqué conocer a Dios como la fuente de toda provisión, así como la fuente de toda la sabiduría y el conocimiento que yo necesitaba. Oré como hizo Salomón, pidiéndole a Dios que me diera un “corazón entendido. .. para discernir entre lo bueno y lo malo”. Encontré a un practicista de la Ciencia Cristiana que me ayudó muchísimo. Me explicó que hay una provisión para cada demanda y una demanda para cada provisión.
Paso a paso obtuve inspiración mediante el estudio de la Lección Bíblica, que aparece en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, las lecturas de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana, y tomándome el tiempo de comprender mediante la oración que mi negocio era en realidad el negocio de Dios. Con esta inspiración diaria hubo mejoras y se hicieron todos los ajustes necesarios: más movimiento de efectivo, aumento en las ventas, mejoraron las actitudes y relaciones entre los empleados. En un año se inició un buen negocio que continuó con éxito y, sobretodo, un lugar muy feliz para todos para trabajar y hacer negocios.
Estoy muy agradecido porque la Ciencia Cristiana me capacitó para comprobar que este período de prueba era realmente una oportunidad para apreciar la bondad que tiene Dios para responder a toda necesidad. En Ciencia y Salud por la Sra. Eddy leemos: “En la Ciencia divina, donde las oraciones son mentales, todos pueden contar con Dios como 'pronto auxilio en las tribulaciones’. También escribe: “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana”. Ciertamente, mis necesidades fueron satisfechas con abundancia.
Estoy muy agradecido por otras curaciones de laringitis, catarros, un problema al corazón y un dedo roto. Hay muchas cosas por las que debo estar agradecido.
Dallas, Texas, E.U.A.
Mi marido y yo hemos estado casados cuarenta y cinco años, por tanto yo sé que lo que dice es verdad. Juntos pasamos por algunos períodos de prueba en aquel entonces, pero Dios respondió a nuestras oraciones.
Aunque yo no había oído de la Ciencia Cristiana hasta que conocí a mi esposo, hoy estoy muy agradecida por esta enseñanza y por ser miembro de La Iglesia Madre y de una filial. Hemos tenido muchas curaciones durante la crianza de nuestra familia de cinco varones, que son todos gente maravillosa. Nuestra familia ha sido ampliamente bendecida.
