Escribo Este Testimonio con la esperanza de que otros se beneficien de las ideas que en él expreso.
Me crié en una familia muy unida, feliz y bien formada; me iba muy bien en los estudios y gozaba de buenas relaciones con mis amigos y familiares. Durante mi niñez y mis años de adolescente me vi forzado a darme cuenta de la atracción homosexual que sentía. Esto no me llevó a tener relaciones homosexuales, pero destruyó completamente mi autoestima. En medio de la promesa de ser un adolescente, sufrí mucha angustia emocional. No compartí estos estos sentimientos con nadie y me sentí temeroso, avergonzado y, con el tiempo, totalmente desesperado.
Cuando estaba en la universidad, durante un corto tiempo busqué respuestas en la religión en que había sido criado, pero no obtuve ningún resultado práctico. Desde que recuerdo, había alimentado el deseo de ser sanado, aunque no creía que hubiera forma de hacerlo o de escapar de mi sufrimiento.
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