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La atracción, el amor y el sexo

Del número de julio de 1994 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

The Christian Science Monitor


Recientemente La Revista Time citó a un estudiante de bachillerato que dijo: " 'Los medios de comunicación no lo hacen parecer como si en realidad se tratara de amor... Hoy en día la sexualidad es cómo se ve uno, cómo se peina. Todo es físico, no lo que hay dentro’ " (24 de mayo de 1993). ¿Ha pensado usted qué diferencia hay entre la atracción sexual y estar en verdad enamorado de alguien? La atracción basada solamente en el cuerpo y la apariencia frecuentemente consigue la primera plana, pero hay algo real, algo significativo en una relación que se desarrolla sobre una base más espiritual. Desde el primer momento que usted se da cuenta de que la otra persona existe, al momento en que se dicen algo uno al otro, comparten actividades y disfrutan cosas que tienen en común, es muy divertido explorar lo que significa tener una relación estrecha con alguien.

Hay alegría en el encuentro, en entenderse mutuamente y cuidar de los sentimientos, el uno del otro. Las cualidades verdaderamente buenas — honestidad, consideración, fortaleza, ternura y otras — tienen base espiritual. Cuando la atención se centra en estas cualidades en lugar de en la materia, la espiritualidad puede llegar a ser la estructura para una relación duradera. Y como Dios en verdad nos creó a todos espiritualmente, esta espiritualidad real es algo que cada uno de nosotros está aprendiendo acerca de la realidad de nuestra naturaleza como creación de Dios.

Usted tiene gran valor espiritual. Su integridad y autoestima son producto de su identidad como la expresión inmensamente amada de Dios. Las cualidades que Dios, el Amor divino, está expresando en usted son, por decir lo menos, hermosas y atractivas. Son dignas de compartirse y desarrollarse.

Es natural y apropiado demostrar afecto. Los hombres y las mujeres se atraen el uno al otro, y es un hecho que un beso o un abrazo es una manera de expresar afecto. Es también natural — e importante para explorar y gozar su espiritualidad innata — controlar la atracción sexual y no permitir dar rienda suelta y destruir lo que los dos están contruyendo juntos.

¿Cómo se puede proteger una buena relación? Dios, el Amor divino, es también Principio, y en la medida que la conducta sexual esté determinada por móviles desinteresados, basados en el Principio, la relación progresará y será satisfactoria. El Principio no se expresa en lujuria o en móviles egoístas, de vivir el momento e interés propio. Por el contrario, el Principio expresa en cada uno de nosotros afecto espiritual, ternura desinteresada, profunda consideración, y demás. Un aspecto de una buena relación es que las personas están gobernadas por el sentido común, la disciplina y la espiritualidad que la oración proporciona.

Por más loco que parezca, si el cuerpo material se transforma en el foco de nuestra atención, podemos realmente perder contacto con la persona real que tanto amamos. Esto se debe a que tener la atención puesta en lo físico deja de lado la identidad espiritual del hombre, la única identidad verdadera de nosotros y de nuestro amigo (las cualidades que en realidad son las más importantes). En lugar de valorarse uno al otro, darse ánimo uno al otro para crecer y mejorar, y cuidar profundamente del bienestar de cada quien, la preocupación por los apetitos físicos empiezan a agobiar la relación genuina, y la ansiedad sexual se transforma casi en el 100 por ciento de la relación. Tal vez usted ha visto que esto ocurre o hasta lo haya experimentado personalmente.

Si le ha pasado, sabe que después de un tiempo, la obsesión física transforma la relación en una loca carrera de emociones trastornadas que no lleva a ninguna parte. La pasión sexual no debería ser la definición de ninguna relación. En su libro Ciencia y Salud la Sra. Eddy, escribe: "Ambos sexos debieran ser afectuosos, puros, tiernos, y fuertes. La atracción entre las cualidades innatas será perpetua sólo mientras sea pura y verdadera, trayendo dulces temporadas de renovación como el retornar de la primavera".Ciencia y Salud, pág. 57. Estas palabras son del capítulo titulado "El matrimonio". Aunque usted no esté pensando en casarse ya mismo, la lectura de este capítulo sería excelente. Le hará pensar en cosas que son importantes para una buena relación, y le mostrará como amarse los unos a los otros Véase Juan 13:34. como Cristo aconsejó que todos hiciéramos.

Amarse verdaderamente uno al otro es la parte más importante de una relación. Si usted es en verdad amoroso, entonces sólo quiere lo mejor para aquella persona que significa tanto para usted. Claro, el afecto humano es una parte normal de esa relación especial y única, pero nunca está bien dejar que la sexualidad sea la razón dominante por la que otra persona quiere estar con usted. Si tienen relaciones sexuales antes del matrimonio, lo que es más importante se pierde — el compromiso completo y permanente — el tipo de compromiso que da el matrimonio. El matrimonio es un marco moral y saludable para las relaciones íntimas. En realidad ayuda a proteger lo que sabemos sobre nuestra preciosa identidad espiritual.

A veces es difícil reflexionar sobre la vida y decidir qué es y qué no es apropiado. Puede que usted sienta que ya ha ido muy lejos en una relación. Pero no hay razón para que no pueda acudir al Principio divino en busca de normas de conducta y defenderlas en este mismo momento. Lo que en verdad importa es lo que usted piensa y hace ahora. A corto plazo esto puede necesitar bastante determinación y valor, pero todos los relacionados se beneficiarán a largo plazo. Y lo maravilloso es que usted puede triunfar en anteponer la disciplina espiritual a los apetitos físicos, porque Dios, el Espíritu, es lo que realmente le gobierna a usted. Dios le ayudará a usted a hacer lo que es bueno y correcto.

Estar enamorado es grandioso. Y cuando se está enamorado de Dios, el Amor divino, primero — y con la propia espiritualidad por ser la expresión de Dios — cualquier otra relación estará basada en lo que puede ser realmente satisfactorio, productivo y duradero. Usted determinará lo que quiere y lo que es mejor para usted y su pareja sobre una base espiritual.

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