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Nadie puede hacerte daño

Del número de julio de 1994 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace Poco Una persona me dijo: “A veces, de noche, me quedo despierta pensando: ¿Qué pasaría si alguien entrara en mi casa y me atacara?” No es raro que la gente hoy tenga este tipo de preocupación.

Pero lo que preocupa a la gente no es únicamente el crimen o la agresión física. Hay empleados que temen que algún supervisor los despida de forma arbitraria. A algunos matrimonios les preocupa que sus parientes políticos o un ex esposo o ex esposa o un vecino entrometido pueda perturbar la felicidad de su hogar y de su vida familiar. O una persona puede temer que la aversión de alguien le ocasione problemas.

Sin embargo, y a pesar de esas preocupaciones y temores, la mayoría de esa gente afirma que cree en Dios. Ahora bien, uno puede preguntarse: ¿Qué tiene que ver que yo crea en Dios con la preocupación de que otras personas nos puedan dañar de algún modo? La respuesta depende en gran medida de cómo es el Dios en quien uno cree.

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