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Oremos por nosotros y por los demás

Del número de julio de 1994 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Oracion Es una actividad dulce y sagrada. Nos trae paz, nos permite perdonar, y nos ubica en el rumbo correcto.

La oración puede tomar diferentes formas, tales como: la alabanza a Dios, una afirmación de la totalidad de Su poder, la acción de gracias, hacer una petición, ceder a la voluntad de Dios, y la obediencia. El poder de la oración, en sus numerosas expresiones, es el mensaje central de la Biblia.

¿Cuál es, entonces, la razón por la que a veces nos parece tan difícil orar? Ello se debe a la oposición que presenta el sentido mortal materialista de la vida, que quisiera desbaratar la espiritualidad y el progreso. La oración — que revela la realidad espiritual — condena el punto de vista mortal de las cosas y puede encontrar resistencia. La lucha que libró Jacob, según el relato que aparece en el Génesis, es un ejemplo de la pelea que los puntos de vista basados en la materia pueden presentar, antes de rendirse a la oración. Véase Gén. 32:24–30.

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