Hace Mas De nueve años, dos médicos, uno de ellos un especialista, diagnosticaron que yo tenía un tumor grande atrás del útero. Ambos dijeron que era necesario practicar una histerectomía completa. Esta condición sanó por completo aplicando únicamente la Ciencia Cristiana. La curación no se manifestó de inmediato, pero a lo largo del camino que tuve que transitar hasta lograrla, aprendí muchas lecciones y percibí que estaba teniendo lugar un importante ajuste en mi actitud.
En primer lugar, era preciso dejar fuera del pensamiento todo temor. La Sra. Eddy explica en Ciencia y Salud que el temor es a menudo la base del sufrimiento humano y que la curación consiste en reconocer la omnipotencia y el amor completo e invariable que Dios siente por todos Sus hijos.
En la Biblia leemos: “No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Tim. 1:7). Nuestro Salvador, Cristo Jesús, dio testimonio del amor de Dios, al sanar la enfermedad y el pecado. Como parte de su misión, les enseñó a sus discípulos a hacer lo mismo. La Sra. Eddy dice en La unidad del bien: “El exigió un cambio de consciencia y de evidencia, y efectuó ese cambio mediante las leyes superiores de Dios” (pág. 11).
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!