Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

El cambio y lo que nunca cambiará

Del número de noviembre de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Mayoría De La Gente piensa que está preparada para cualquier cambio, hasta que sucede. Una oportunidad de trabajo surge en otra parte del país, y al principio la idea parece ser maravillosa. Luego, se perciben los cambios que se van a producir: trabajar solo unos días más en un empleo con el cual ya estamos familiarizados, decir adiós a viejos amigos, dejar una comunidad a la cual llamamos “hogar”. Pensándolo bien, un cambio de este tipo parece ser más bien un conjunto de cosas que se acaban. En vez de que la transición sea armoniosa y llena de esperanza — dejando rápidamente las cosas viejas atrás y adaptándonos a las nuevas — a veces nos sentimos tan confundidos y nos resistimos tanto al cambio, que dejamos escapar una oportunidad de progreso.

Una pregunta que debemos hacernos al hacer frente a cambios que son necesarios es: “¿qué puedo hacer para que esta transición, no afecte la vida de los demás y sea beneficiosa para todos?” La respuesta está en elevar nuestra visión más allá de lo que nos rodea y de las caras que no conocemos y que vemos con nuestros ojos, y ver: “las [cosas] que no se ven”, 2 Cor. 4:18. como dice la Biblia.

Estas cosas son espirituales — como el amor y propósito que Dios tiene para cada uno de Sus hijos, la perfección de todo lo que ha sido creado por Dios, la constante operación de la ley divina que mantiene perpetuamente la armonía y la bondad — y las discernimos espiritualmente a medida que oramos. Refiriéndose a las cosas “que Dios ha preparado para los que le aman”, Pablo dijo: “Dios nos las reveló a nosotros por el Espiritu”. 1 Cor. 2:9,10. Estos hechos espirituales no cambian, son tan reales y permanentes como su origen.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / noviembre de 1997

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.