Hace Algunos Años vino a almorzar con nosotros una amiga nuestra que es practicista de la Ciencia Cristiana — persona que se dedica a ayudar a otros a través de la oración — y en la conversación nos comentó que había aprendido que el término "es" era una de las palabras más importantes para ella.
Más tarde, esto me hizo pensar en qué sencillas son las enseñanzas de la Ciencia Cristiana, que todos pueden entender.
Cristo Jesús nos enseñó que para entrar en el reino de los cielos tenemos que ser como Mateo 18:3. y a los niños cuando empiezan la escuela, no se les enseña a resolver complicados problemas matemáticos, ni una gramática compleja, sino que se les enseña todo en una forma sencilla y simple. Y la palabra "es" es sencilla y simple.
La palabra "es", cuando está relacionada con las cosas de Dios, muestra que la Verdad divina es una cuestión que importa ahora, y no en el futuro o el pasado. El Apóstol Juan nos dice que "Dios es amor", 1 Juan 4:16. no, que fue amor en el pasado y no lo es ahora, ni que lo será en futuro lejano: lo es ahora mismo, en cada momento presente.
Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, responde en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras a la pregunta "¿Cuál es la declaración científica del ser?" de esta forma: "No hay vida, verdad, inteligencia ni sustancia en la materia. Todo es Mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo. El Espíritu es Verdad inmortal; la materia es error mortal. El Espíritu es lo real y eterno; la materia es lo irreal y temporal. El Espíritu es Dios, y el hombre es Su imagen y semejanza. Por lo tanto el hombre no es material; él es espiritual".Ciencia y Salud, pág.468.
Que esta declaración esté redactada en tiempo presente, destaca la actualidad de las verdades divinas, que nos ayudan a desenmascarar el engaño que nos presentan los sentidos físicos.
Me había sentido afiebrado, con los síntomas de una enfermedad, cuando en realidad no tenía nada.
En una ocasión me encontraba trabajando en mi oficina, y en determinado momento me toqué la cara con la mano y estaba muy caliente, parecía tener una fiebre muy alta. No sentía ningún malestar pero la alta temperatura me preocupó y comencé a orar reconociendo que Dios siempre está presente y que yo, como su hijo, soy el reflejo de Dios, el bien, en todo momento. Al rato me di cuenta de que en realidad no tenía fiebre, la temperatura de mi cara estaba normal. Lo que había ocurrido fue que la temperatura del aire acondicionado estaba muy baja y mis manos estaban muy frías. Yo me había sentido afiebrado, con los síntomas de una enfermedad, cuando en realidad no tenía nada. ¿No nos ocurre esto a veces; creemos que estamos en una situación que en realidad sólo existe en nuestro pensamiento?
La Sra. Eddy afirma que "hay que sacar a luz la gran verdad espiritual de que el hombre ya es, no que será perfecto e inmortal".Ibid., pág. 428. En nuestro diario vivir usamos la palabra "es" muchas veces, siempre afirmando lo que queremos expresar. Decimos, por ejemplo, la hierba es verde; aquella paloma es blanca; este auto es negro. No dudamos de lo que estamos viendo. Estamos seguros de que ese auto que estamos viendo es negro y lo afirmamos. De la misma manera es importante que nos sintamos seguros de quienes somos como hijos de Dios, de nuestra verdadera identidad que es el reflejo de Dios, quien siendo todo en todo, solo puede reflejar el bien en cada uno de nosotros.
La Biblia enseña en el primer capítulo del Génesis que "creó Dios al hombre a su imagen". Gén. 1:27. Cristo Jesús sanaba reconociendo esta verdad espiritual, actual y sanadora en todos los que se acercaban para pedir ayuda. Como sus seguidores, ¿estamos dispuestos a dar a esta actualidad espiritual, a lo que realmente "es", la importancia que tiene en nuestra vida?
Y vio Dios todo lo que había hecho,
y he aquí que era bueno en gran manera.
Génesis 1:31
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