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¿Qué nos dice el libro del Génesis acerca de Dios y el hombre?

Del número de agosto de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Gente Está Encontrando cada vez más un nuevo significado en el libro del Génesis. El programa de televisión de Bill Moyers acerca del Génesis es solo un ejemplo del creciente deseo que hay por comprender las Escrituras. Hace unos meses, el Sentinel tuvo la oportunidad de hablar sobre este fascinante libro de la Biblia con El Sr. Sandberg tiene una Maestría en Teología sobre Estudios Bíblicos de la Universidad de Boston, donde se especializó en el Antiguo Testamento. Prestó servicio como capellán militar durante diez años, y es practicista y maestro de Ciencia Cristiana.

Sandy, ¿cuál es el beneficio específico que uno puede encontrar en el libro del Génesis?

Cuando pienso en el libro del Génesis, pienso en el primer capítulo y el relato de la creación que se encuentra allí. Por supuesto, hay otro relato de la creación que empieza en el segundo capítulo con la historia de Adán y Eva. Sin embargo, es en realidad el primer capítulo al que llamaría la piedra angular de mi propia fe, de mi propia comprensión de Dios.

Hablemos de los dos relatos de la creación; el primero donde el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, y el segundo que habla acerca de Adán y Eva.

La historia de Adán y Eva es en realidad una alegoría que tiene su propia utilidad y enseña lecciones importantes. Se desarrolló en una etapa muy temprana de la historia de Israel, cuando la gente pensaba en Dios en términos antropomórficos. El primer relato, donde Dios hace a su creación a Su propia imagen y semejanza, está inspirado espiritualmente y proviene de una percepción de Dios, no como un simple dios tribal, no simplemente como el Dios del pueblo elegido, sino como el Dios del universo, el único Dios, un Dios que es infinito.

Estuve hablando con alguien que me dijo que la primera vez que empezó a examinar la Biblia, le fue muy difícil entender por qué los eruditos dicen que hay dos relatos diferentes que provienen de diferentes fuentes. ¿Podría aclarar esto?

En realidad, mucho antes que fuera al Seminario, aprendí leyendo Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, que en realidad hay dos relatos separados. En el capítulo de Ciencia y Salud titulado "Génesis", la Sra. Eddy menciona que los primeros exégetas de la Biblia descubrieron evidencias de que diferentes documentos pasaron a formar parte de la Biblia que conocemos hoy en día.

Uno de esos documentos se refiere a Dios como Yahvé. En otro documento, Dios es llamado Elohim. Los eruditos han llegado a la conclusión de que estos documentos fueron escritos en períodos diferentes de la historia de Israel.

¿Qué nos dicen las historias de estos dos documentos acerca de la relación del hombre con Dios?

En el segundo, el relato de Adán, Dios sopla aliento de vida del polvo de la tierra y crea la imagen física del hombre, que impondría una separación entre el creador y lo que Él crea; y el resto de la alegoría destaca el punto de la separación entre lo que Dios ha creado y la pérdida de control que se produce como resultado. Pero volviendo al primer capítulo del Génesis, tenemos esa declaración clara y maravillosa de Dios que dice: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza", y luego más adelante se repite: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra lo creó". Gén. 1:26, 27. La inseparabilidad de una imagen o semejanza de su fuente me ayuda a sentir mi unidad, mi inseparabilidad de Dios.

Entonces, el primer relato brinda una percepción más clara de un Dios que no es un ser humano, de un Dios que no es la imagen y semejanza del hombre; sino por el contrario de un Dios que es Espíritu, que es Mente infinita, que es todo inteligencia, todo poder y que está siempre presente.

Entonces, ¿cómo explicamos todos los Adanes que parecen estar en el mundo; gente que está en contra de la voluntad de Dios, que no aman mucho o que no se asemejan a Dios, que son destructivos, u odian, etc?

Permítame contestar esto desde un punto de vista diferente. Después de la creación de Dios del primer capítulo del Génesis, se repite muchas veces que es buena. Obviamente, la bondad es buena, y no hay nada aparte de ese bien, si el bien de Dios llena todo el espacio y está en todas partes.

Entonces, la pregunta que usted está haciendo es: ¿de dónde proviene el mal? ¿De dónde vienen todos estos pensamientos malignos, todo el odio, la ira, las frustraciones, las necesidades, el temor, etc, de dónde viene todo esto si Dios no lo creó? Mi respuesta quizás es un poco simplista, pero para mí funciona. Preguntar de dónde proviene el error no es la manera de resolver el problema, como en matemáticas, por ejemplo. La mejor manera es buscar qué es verdadero y buscar la respuesta correcta y encontrar el camino que lleva a la respuesta correcta. No hay que perder el tiempo tratando de saber de donde viene el error.

La única forma que he encontrado para liberarme del temor o la tristeza de mi corazón, es aprender a sentir amor, aprender a sentir vida, aprender a sentir lo que es correcto y lo que es bueno para mí y para todo lo que me rodea.

Entonces, ¿ tenemos que combatir el mal comprendiendo lo que es la realidad espiritual?

En la alegoría, para mí es muy interesante que Dios nunca le advirtió al hombre (Adán) del mal; advirtió al hombre de no tratar de conocer el mal. Como si el hombre pudiera conocer algo diferente a Dios. Si Dios es Todo, si Dios es realmente la fuente, el centro del universo, todo es real, todo es verdadero, el hecho de tratar de conocer algo aparte de Él es engañoso. Nunca resultaría en algo verdadero.

Ahora, ¿qué sucede con Dios? ¿Es realmente Dios todo el bien? ¿Puede ser verdad que ese Dios tiene dos facetas, una buena y otra mala, y que algunas veces el mal nos obliga a hacer progresos?

A menudo, pienso que la gente cree que para entender la naturaleza de algo que es realmente bueno, tiene que haber algo opuesto para que haya un equilibrio. Entonces, para comprender el bien, tiene que existir el mal. Insisto que ésta no es la línea de pensamiento que tenemos que aceptar. No es necesario que haya algo aparte de la Verdad para que nosotros podamos conocer lo que es verdad. Pienso que éste es el punto fundamental.

¿Qué sucede con el resto del libro del Génesis? ¿Hay lecciones aparte del relato de la creación que nos puedan ayudar?

Pienso que esas lecciones son muy vigentes para lo que está sucediendo en el mundo de hoy. La historia fratricida de Caín y Abel, por ejemplo, es, en parte, una historia de celos, y estas historias son una lección para nosotros hoy. En un sentido, ellas nos dicen cómo no se debe vivir con los demás, pero al invertirlas, aprendemos cómo debemos vivir con los demás.

La historia de José sería una importante ilustración no solo para superar todo tipo de pruebas y tribulaciones, sino también para ver que la mano de Dios nos está guiando y dirigiendo aun en tiempos difíciles.

En la historia de José, podemos encontrar muchas lecciones. De las cuales una de las más valiosas es tener el constante deseo de ser obediente a lo que sabemos que es verdad acerca de Dios. Piense en José en el fondo de la cisterna sin agua en el desierto y más tarde en la prisión. El resultado final demuestra que esta obediencia a Dios finalmente nos conducirá al éxito, no importa cual sea la circunstancia; y ese efecto se extendió más allá de la propia vida de José, salvando naciones enteras, no sólo la nación de su propia familia sino también la nación donde vivió.

Hay momentos en el libro del Génesis donde usted siente que Dios comenzó con una gran idea pero de alguna manera las cosas no resultaron como Él lo planeó. Por ejemplo, las frustraciones de Adán y Eva. Luego Caín y Abel son más o menos frustraciones. Después la historia de Noé, que básicamente presenta a Dios como diciendo: "No me gusta lo que hice, entonces lo voy a intentar otra vez".

Pienso que la riqueza de los relatos y lo que enseñan son muy importantes para nosotros; pero si tratamos de basar nuestro entendimiento de esos relatos sobre un concepto de Dios como una proyección humana de la semejanza de nosotros mismos, un Dios capaz de cometer errores y que luego tiene que rehacer Su propia obra, vamos a tener problemas. El aspecto que he aprendido y que he encontrado muy útil al trabajar con estas historias, es la idea de la fidelidad y obediencia a nuestra naturaleza como hijos de Dios.

Adán y Eva se metieron en problemas, porque fueron desobedientes. Caín se metió en problemas, porque fue desobediente, y así sucesivamente. Vemos repetidamente que la desobediencia a Dios causa sufrimiento. El pecado original de la desobediencia se originó en la creencia de que podemos conocer algo aparte de Dios y de lo que El crea. Estas historias enseñan ese aspecto una y otra vez. Pero el concepto de que de alguna manera Dios está causando que pasemos por eso, es un error.

Entonces, ¿podernos confiar en Dios para ser inteligentes?

Esto puede que suene tonto, pero la naturaleza del sol es brillar, no hay sombras en él. La naturaleza de Dios en mi corazón es amar, y no hay nada más que amor allí. Es puro, es completo. No requiere de una persona ni de una recompensa. Para mí, la gran lección de todas las historias del Génesis es la consecuencia de vivir de acuerdo con Dios que es el Principio, un Dios que es Amor, que tiene el control de Su creación. El sentido espiritual nos muestra con estas historias que al creer en la naturaleza de Dios, en que somos Su semejanza, y al esforzarnos por vivir de esa manera, encontramos paz y armonía, encontramos que el bien siempre triunfa sobre el mal.

Sus comentarios acerca de la obediencia me llevan a preguntarle sobre la libre voluntad, o de elegir libremente. ¿La tiene el hombre?

Para mí es absurdo concebir que un Dios que todo lo conoce, todo lo sabe, todo lo entiende, dé a la manifestación de Sí mismo la oportunidad de hacer algo desemejante a Sí mismo. Entonces esta pregunta sobre elegir libremente, o sobre la libre voluntad, no tiene un tipo de respuesta que pueda ser sí o no. No, como la imagen y semejanza de Dios, como el reflejo de Dios, el hombre no está libre de hacer algo que Dios no cause o espere que él haga. Estamos totalmente bajo el control de la suprema e infinita Mente divina.

Habiendo dicho esto, la otra parte de esto es el sí, es que cuanto más lo reflejamos y podemos ser testigos en nuestra consciencia de lo que es Dios y de lo que está haciendo, entonces lo que estamos viendo es posible para Dios y es posible también para nosotros como Su reflejo; y ésta es la libertad infinita.

Eso se relaciona con algo que Cristo Jesús dijo cuando prometió que si lo seguíamos, no solo haríamos las obras que él hizo sino aun mayores (véase Juan 14:12). Sé que me estoy pasando al Nuevo Testamento, pero estaba pensando desde el punto de vista de lo que usted acaba de decir.

Absolutamente. Estoy totalmente convencido de la absoluta humildad del maestro cristiano, Cristo Jesús. Habló con mucha claridad y seguridad, dijo: "No puedo yo hacer nada por mí mismo". Juan 5:30. La idea es que las obras que el Padre hace, yo también las hago. Jesús no podía hacer nada por sí mismo sino lo que veía hacer al Padre. Fue evidente que este reconocimiento de sí mismo como puro, perfecto, el reflejo completo de Dios — a imagen y semejanza misma de Dios — indicaba que Jesús podía ser testigo de la naturaleza de Dios, manifestándola y revelándola allí mismo donde estaba.

Y el efecto de esta contemplación fue destruir el mal en cualquier forma que pudiera aparecer en su experiencia. Entonces, la enfermedad fue sanada. La ceguera fue sanada. La sordera fue sanada. Todo tipo de deficiencia fue sanada. Con la palabra sanada, realmente quiero decir destruida, porque no pueden enfrentar a la verdad de ninguna manera. Lo mismo que un error no puede permanecer cuando la verdad es reconocida.

Entonces, ésta es una maravillosa ilustración del concepto de reflejo.

Por supuesto que lo es, y volviendo al Antiguo Testamento, este Cristo que Jesús representó tan completamente, esta idea divina de Dios, que viene a la carne para destruir el error, está viva en el primer capítulo del Génesis cuando llega al corazón de cada uno de nosotros. Nos dice la verdad acerca de nuestra conexión, nuestra propia relación como la imagen y semejanza de Dios que siempre hemos sido; y este Cristo maravilloso y poderoso está en operación en nuestra propia vida ahora mismo.

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