¡Qué Importante fue para mí conocer la Ciencia Cristiana! Agradezco a Dios, a Cristo Jesús y a la persona que me acercó a este camino.
Cuando conocí la Ciencia Cristiana, yo era una persona muy creyente en Dios y estaba pasando por momentos difíciles en cuanto a mi salud. En el año 1980 se publicó mi testimonio referente a esa situación en El Heraldo de la Ciencia Cristiana, y hoy siento el deseo de compartir otra experiencia que tuvimos mi esposa y yo.
Vivíamos en Buenos Aires y concurríamos a una filial de la Ciencia Cristiana. Somos miembros activos que trabajan con gran amor por la Causa. Después de algunos años, sentimos la necesidad de trasladarnos a una ciudad distante cuatrocientos kilómetros; teníamos la seguridad de que íbamos a ser útiles en la filial en ese lugar, así que viajamos para comprar un departamento. Puesto que no pudimos concretar la compra, regresamos a Buenos Aires llevando con nosotros gran cantidad de dinero, además de algunas joyas y equipaje.
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