Una De Mis Declaraciones Favoritas de la Biblia es: "El ocuparse del Espíritu es vida y paz". Rom. 8:6. El hombre que lo dijo fue Pablo. No obstante, a pesar de lo maravillosa que es esta declaración, hubo una época en la vida de Pablo en la que su comportamiento parecía cualquier cosa menos el de una persona maravillosa.
Tampoco fue siempre su nombre Pablo. Sus padres le pusieron por nombre Saulo. Nació en la misma época que Jesús y fue criado en el Medio Oriente. A diferencia de Jesús, quien se crió mayormente en pueblos pequeños de esa área, Saulo y su familia vivieron en Tarso, una ciudad grande. Saulo fue educado por maestros hebreos, y también probablemente haya aprendido de su padre a fabricar tiendas. Era también ciudadano de Roma, lo que significa que tenía ciertos privilegios.
Durante su crecimiento, los puntos de vista de Saulo fueron moldeados cada vez más por hebreos conocidos como fariseos. Los fariseos pensaban que los judíos debían mantenerse separados de los gentiles, o sea los que no eran judíos, porque a veces eran una mala influencia. Le enseñaron a Saulo que era muy importante seguir estrictamente todas las reglas de la ley judía, y también le enseñaron la importancia de servir a un solo Dios, y dedicarse a Él de todo corazón.
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