El Hecho Es Que el libro de texto de la Ciencia Cristiana está transformando el universo",Mis., pág. 372. Mary Baker Eddy declara en su libro Escritos Misceláneos. El último capítulo de Ciencia y Salud, "Los frutos de la Ciencia Cristiana", está lleno de ejemplos de gente cuyas vidas fueron transformadas, sanadas, y cuya calidad de vida cambió tan solo con la lectura de este libro. Desde que fue escrito, la gente ha seguido encontrando en él, a lo largo de las décadas, el mismo poder transformador y sanador. Hoy miembros e iglesias están haciendo todo su esfuerzo por poner Ciencia y Salud al alcance de todos.
Imagínense qué sucedería si miembros de todas las iglesias se propusieran redescubrir lo que el libro de texto encierra. Muchos están haciéndolo. Por ejemplo, algunas iglesias nos han informado que se propusieron leer el libro de texto de tapa a tapa. ¡Qué forma más productiva de renovar nuestro amor por Ciencia y Salud! En mi filial hemos hecho esto, y puedo decirles sin dudar, que aunque hubo ocasiones en que tuve que poner de lado otros planes para tener tiempo para mi lectura diaria, y las reuniones especiales que hacíamos sobre el tema, fui muy beneficiada. Pude ver más claramente que este libro fue escrito para toda la humanidad, por lo cual me sentí fortalecida en mi resolución de orar más intensamente cada día para que se me presentaran oportunidades de compartir el libro con conocidos y extraños. A partir de entonces, se me han presentado muchas oportunidades inesperadas de compartir el libro, en una librería, en mi oficina y con la familia.
Miembros de otras filiales que hicieron lo mismo con el libro, comenzaron a apreciar mejor la gentil y alentadora manera en que la Sra. Eddy nos lleva en un viaje de descubrimiento, y cómo el libro ayuda a sus lectores a razonar sobre los temas que trata. La lectura les dio una mayor percepción de algunos pasajes familiares al leerlos en el contexto general.
Los miembros de una iglesia leyeron Ciencia y Salud de principio a fin dos veces seguidas. Después de que todos lo habían leído una vez, tuvieron una reunión para hablar sobre el libro. La segunda vez, leyeron un capítulo tras otro, y las reuniones que tuvieron fueron muy activas, inspiradoras e informativas. Los miembros de la iglesia sintieron un sentido de unidad y armonía. En esa época, el número de miembros y la asistencia a la Escuela Dominical aumentaron, y las posiciones en la iglesia se llenaron más fácilmente.
Una idea que tuvieron los miembros de una iglesia fue dedicarse a la distribución de Ciencia y Salud, compartiéndolo individualmente. Como resultado de esta devoción de pensamiento, ofrecieron a los miembros ejemplares gratuitos del libro de texto para que los regalaran. En un período de siete meses distribuyeron más de cien ejemplares.
Un miembro de esta misma filial, que asistía a unas charlas sobre la Biblia con una vecina en una iglesia Congregacional, preguntó al ministro ayudante si le gustaría tener un ejemplar de Ciencia y Salud. Le respondió que le encantaría tener uno. Tiempo después, este mismo ministro dio una charla sobre la oración, y el miembro, que estaba presente, dice que aunque no citó directamente del libro, fue evidente que el ministro estaba muy familiarizado con el capítulo "La oración". La comisión directiva de la filial escribe: "Es un privilegio y un desafío reconfortante participar en compartir, el así llamado, 'Libro que sana', con los demás.
