Es Una Buena Pregunta. Una vez escuché un programa de radio donde uno de los oyentes llamó y dijo que jamás pensó que la oración tuviera un poder sanador, y que le era imposible pensar en depender de la oración. No era difícil comprender porqué; como yo nunca dependí de medios médicos para la curación, es imposible imaginarme dependiendo de una sustancia o un proceso material en vez de depender de Dios. Es una cuestión de resultados, ¿no? Todos rehusaríamos dejar aquello que hemos comprobado que es eficaz y en lo que podemos confiar en nuestra vida.
Yo deseaba de corazón sanar al enfermo por medio de la oración
Uno de nuestros hijos se enfermó de gravedad cuando vivía en el extranjero. Él oró y recibió tratamiento por medio de la oración de un practicista de la Christian Science. En un momento crítico, cuando se sintió agobiado, se volvió con humildad y fervor a Dios, apoyándose sin reservas en Él. De repente sintió un gran sentido del Amor, del maravilloso y poderoso Amor que es Dios. Sanó instantáneamente, y la dolencia que lo aquejaba no ha vuelto a manifestarse. Hoy, después de varios años, él, su esposa y sus niños, continúan utilizando el poder de la oración para sanar.
En nuestra familia, todos los problemas de salud se han resuelto en forma inmediata por medio de la oración. El tratamiento en la Christian Science ha sanado dolores severos de espalda, enfermedades contagiosas, envenenamiento de la sangre, asma, malaria, cáncer de la piel, lesiones deportivas, problemas del corazón y alergias. También hemos tenido partos rápidos y sin dolor.
Cuando opté por la oración como el medio curativo de nuestra familia, lo hice en parte porque no quería poner a mis seres queridos en la triste situación de tener que enfrentar una enfermedad para la cual la medicina moderna no tiene cura. Yo deseaba de corazón sanar al enfermo por medio de la oración, de acuerdo con la promesa que Cristo Jesús hizo a sus seguidores.
En base a nuestro estudio y aplicación de los preceptos científicamente espirituales de la Biblia, podemos confiar en nuestra oración cuando se afirma con comprensión la omnipresencia y omnipotencia del Dios todo amoroso, misericordioso e imparcial. Esto es cierto cualquiera sea el tipo de discordia, enfermedad, lesión, mal funcionamiento o defecto que se manifieste. Pero también son parte esencial de la curación cristiana la reforma del pensamiento, la palabra y las acciones. Las demandas morales y espirituales de la Biblia deben satisfacerse, aunque no se cumplan todas en un día.
Alcanzamos la curación por medio del esfuerzo diario por espiritualizar nuestro pensamiento y purificar nuestra vida, para que llegue a estar en armonía con el amor puro de Dios.
En la curación espiritual científica, no le imploramos con desesperación y temor a un Dios lejano e incomprensible, con la esperanza de que nos escuche y descarte alguna ley o condición material como un favor especial a nosotros. Lo que hacemos es recurrir a una entidad conocida, una entidad que es hasta un amigo íntimo, Dios, el Amor divino, originador y preservador de toda vida.
El buscador sincero reconoce con una oración llena de humildad lo que la Biblia revela: que la ley divina es la única ley, que las llamadas leyes de enfermedad y sufrimiento no son más que falsas suposiciones, o teorías, y que el efecto de creer en esas teorías puede ser siempre anulado por la presencia y poder del Cristo, la Verdad de Dios. El estudio diario de la Biblia, el vivir de acuerdo con la ley moral y espiritual, el desarrollo de la confianza absoluta en Dios y la práctica de la curación por medio de la oración nos capacitan para probar el poder actual y práctico de Dios.
Pero podríamos preguntarnos: “¿Por qué no combinamos la oración con la medicina para obtener la curación?” Encontramos la respuesta a esta pregunta en las enseñanzas de Jesús: “Si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer”. Marcos 3:25. Los estudiantes de la Ciencia divina logran la curación cristiana partiendo de la base de la enseñanza bíblica de que el hombre es la idea espiritual, la imagen, o reflejo, de Dios, el Espíritu. Génesis 1: 26, 27. La medicina física no puede tocar a esta idea espiritual. El hombre, la imagen perfecta de Dios, es mantenido por Él. El reflejo no se desvía del original. Este entendimiento del hombre como totalmente espiritual trae la curación. Por otro lado, la dependencia en los medicamentos requiere que pensemos que somos seres físicos, que necesitamos remedios materiales para salvarnos. Es imposible que nos veamos a la vez totalmente espirituales y materiales, y el esfuerzo por mantener este concepto dividido de nuestro ser impide la curación en vez de promoverla.
Es importante recordar sin embargo, que la Iglesia de Cristo, Científico no prohibe el tratamiento médico. Sus miembros están en libertad de escoger el método curativo que deseen. No obstante, los miembros de esta Iglesia normalmente optan por la oración, porque se han dado cuenta de que es rápida, inofensiva y consecuentemente eficaz.
Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, el libro que nos explica la forma en que Jesús efectuó sus curaciones, nos dice: “El punto de partida de la Ciencia divina es que Dios, el Espíritu, es Todo-en-todo, y que no hay otro poder ni otra Mente —que Dios es Amor, y que, por lo tanto, es Principio divino”.Ciencia y Salud, pág. 275. El Principio que gobierna todas las cosas, Dios, el Amor, ni manda el mal, ni lo permite en la experiencia de Sus hijos. Cuando comprendemos este hecho espiritual, alcanzamos ese “punto de partida” que nos capacita para sanarnos a nosotros mismos y a otros espiritualmente.
Cristo Jesús demostró para todas las generaciones que Dios es el Amor infinito, que sólo puede amar a Sus hijos, y que por ese amor ilimitado provee constantemente todo lo bueno, como son protección, paz mental, prosperidad y buena salud. Este Amor de Dios nos llega a todos por medio de la Mente divina. Sentimos y comprendemos este Amor infinito cada vez más y más. Somos guiados a entender nuestra naturaleza como hijos perfectos de Dios, incorruptibles, completos y puros.
Los Científicos Cristianos se esfuerzan por ser aptos seguidores de Cristo Jesús. Han establecido un destacado expediente de curaciones por más de 130 años. Ese expediente incluye curaciones de defectos de nacimiento y de las llamadas enfermedades incurables. La humanidad puede y debe tomar en serio las enseñanzas de Cristo Jesús y las pruebas de la curación cristiana tanto en los tiempos bíblicos como hoy en día. Como nuestro gran Maestro, cada uno de nosotros tiene dominio otorgado por Dios sobre todo lo malo. Tener salud, armonía y paz ahora mismo, es nuestro derecho divino.