Cuando Estaba en la universidad tenía un amigo que salía con una compañera de estudios. Como estaba muy celosa dejé de hablarle a ella. Pero no me sentía bien con esta decisión.
Luego, cuando llegó la Navidad y estaba de vacaciones en casa, me puse a orar. Tuve el deseo de sentirme bien con todos los que me rodeaban, incluso la persona que salía con mi amigo. Sabía que Dios es perfecto, y que mi amigo, esta chica y yo éramos perfectos a la vista de Dios.
También sabía que los celos no provienen de Dios, no son una de Sus cualidades.
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