Hace Casi Un Año conocí nuevos amigos y comencé a vivir un sueño maravilloso. Teníamos mucho en común y nos divertíamos juntos. Uno de estos amigos llegó a ser mi novio, y yo lo adoraba.
Pero cuando volví de las vacaciones de invierno ese sueño se transformó en una pesadilla. Rompí con mi novio, y todos esos amigos a quienes le agradaba comenzaron a mirarme mal e ignorarme. No podía entender porqué. Me sentía una víctima, porque siempre había sido amable y afectuosa con los demás. No solo perdí a mi novio sino que tampoco tenía más amigos. Pensaba que iba a ser así por el resto de mi vida porque eran muy importantes para mí.
Hablé con mis maestros de la Escuela Dominical para que me ayudaran a entender lo que me pasaba y a ver cómo podía recobrar mi felicidad. Me sentía muy confundida. Comencé a estudiar Ciencia y Salud, y la Biblia, y a esforzarme por comprender ideas nuevas sobre mi relación con Dios.
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