Unos Meses Después de la muerte de mi marido, fui a quedarme con unos amigos muy queridos. Me desperté muy temprano una mañana sintiéndome sola, enferma y muy triste por la pérdida. Rápidamente, recurrí a Dios y dije: "Dime qué hacer para seguir viviendo. ¿Hacia adónde he de ir? ¿Qué he de hacer?" Luego me levanté de la cama, me vestí, y sin hacer ruido, salí de la casa.
Una vez afuera, me sentí como en un mundo de ensueño. Había nevado durante la noche, y los campos, los caminos y los árboles brillaban en el resplandeciente amanecer. Mientras caminaba, oraba en silencio, respirando el claro y vivificante aire. Erguí mi cabeza y estas palabras vinieron a mi pensamiento: "Corre el telón".
Correr el telón ¿a qué?, me pregunté. Ciertamente no quería correrlo sobre la vida abnegada, tierna, leal y amorosa de mi compañero. No era eso. Continué caminando y regocijándome con la belleza que había a mi alrededor, mientras escuchaba más ideas sobre lo que significaba "Correr el telón", y qué podría significar para mí en ese momento. Luego pensé: corre el telón a la enfermedad y a la muerte, a la separación y a cualquier cosa que lamentes.
"Pero, ¿cómo voy a hacer esto?", pregunté en voz alta. Al pensar en esto, me di cuenta de que el telón se correría a medida que me esforzara por dejar el pasado, dejara de pensar en cosas pasadas, y reemplazara con gratitud los pensamientos infructuosos de miedo e inseguridad, con pensamientos fructíferos que vienen de Dios. Podía estar agradecida por las lecciones que estaba aprendiendo y por todo el bien expresado en el apoyo, el entendimiento y el amor de amigos y familia en momentos de necesidad. Me sentía muy consolada con las palabras de Jesús "No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros". Juan 14:18.
"¿A dónde voy ahora?", le pregunté a Dios. Después de un momento la respuesta fue clara. Sigue adelante. Sal del terreno de las conjeturas y preguntas. Esto te dejará libre para actuar de acuerdo con la dirección divina. Serás guiada a encontrar buenas amistades, actividades sanas, y un trabajo correcto.
Luego vino la pregunta "¿Qué debo hacer?" La respuesta que inmediatamente me vino fue: Permanece tranquila, sé receptiva a las ideas que vienen de Dios para ayudarte. Y ten la certeza de que sirviéndole, siendo honesta y amorosa, tus necesidades serán satisfechas y sanarás de ese sentimiento de soledad de que tu otra mitad se ha ido.
Entonces, me dije a mí misma, empieza ahora mismo con tu nueva vida. Luego, pareció que un telón, de repente, se corrió detrás de mí, cubriendo la amarga imagen de muerte y dejándome consciente sólo de la naturaleza generosa de mi marido, de su solícita atención hacia mí y nuestra familia, y sus magníficas cualidades espirituales. Éstas nuncan desaparecerán, ni serán borradas u olvidadas.
Me rodeó una hermosa sensación de la plenitud de mi Padre celestial. Empecé a estar consciente de que estaba envuelta en Su amor, donde no hay pensamientos de muerte. "La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento" Filipenses 4:7. me envolvía, y me hizo comprender que estaba bien, y contenta. Pude sentir plenamente que era una idea espiritual completa. Luego volví a casa de mis amigos con una canción en mi corazón.
Más tarde descubrí que la idea de correr el "telón" la usa Mary Baker Eddy en un artículo llamado "Estanque y Propósito" en Escritos Misceláneos. Ella escribe: "El bautismo del espíritu, o la inmersión final de la consciencia humana en el océano infinito del Amor, es la última escena en el sentido corporal. Este acto omnipotente corre el telón respecto al hombre material y la mortalidad".Esc. Mis., pág. 205.
Los años que siguieron a aquel paseo matutino han sido fructíferos, llenos de amor, de alegría. He sentido una felicidad que no creía posible, y una actividad que ha continuado desarrollándose en lo que a menudo se considera como la edad de retiro, o jubilación.
