¿No Te Ha Pasado de ir a un examen, leer las preguntas y sentir que no puedes contestar ninguna de ellas? Puede llegar a ser demoledor.
Pero en mi último año de la universidad, descubrí que hay una manera de enfrentar ese problema. En aquella época las materias eran anuales, y si no las aprobaba tenía que repetirlas al año siguiente. Te podrás imaginar qué importante era aprobar un examen.
Había también exámenes de calificación para cada materia que debía aprobar antes de dar los exámenes finales, y muchas veces había varios de esos exámenes en una misma semana. Teníamos muy poco tiempo para prepararnos para los exámenes, y yo sentía que no estaba bien preparado para dar una de las materias que tenía fama de ser muy difícil.
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