Un Día Una Amiga muy querida me preguntó: "La Biblia nos dice que debemos orar por la gente que ocupa puestos de liderazgo y por la pacífica resolución de diferencias. Pero ¿cómo puedo saber cuál es el lado correcto?"
La respuesta que me vino fue que la oración por nuestro gobierno no consiste en determinar qué individuos están en lo correcto y quiénes equivocados, ni ponerme del lado de uno y derrotar al otro. La solución para cualquier problema no está en el problema, sino en la comprensión de que Dios, el bien, es Todo-en-todo, y que el hombre es Su idea espiritual.
Dios, el Principio divino de todo ser, gobierna a cada una de Sus ideas en toda circunstancia. Todos podemos ser obedientes a este Principio del todo amoroso, en lugar de permitir que la voluntad humana, las lealtades personales o la ambición nos impulsen a actuar. Cuando confiamos en este Principio, que nos guía solamente al bien, podemos resolver cualquier problema y recuperar la armonía.
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