¿Quién es mejor, un chico o un adulto? Yo soy chica y a veces me pregunto esto. Siento que soy importante. Pero a menudo parece como que los adultos son más importantes que yo.
Resulta que para Dios, chicos y adultos son igualmente importantes. Dios nos da Su amor y Su inteligencia a todos por igual.
Para Él la edad no significa nada. Nos conoce como Sus hijos perfectos, Su imagen y semejanza. ¿Acaso Dios sería más importante si tuviera cien millones de años, o menos importante si fuera un bebé? Dios no es nada de eso. Dios es siempre el mismo, ¡maravilloso!
Cuando los jóvenes escuchan a Dios, pueden hacer cosas que hasta sorprenden a los adultos. Cuando Jesús tenía tan solo doce años, él y sus padres fueron a Jerusalén. Véase Lucas 2:42–49. Al llegar la hora de partir, los padres de Jesús regresaron a su hogar en una larga caravana de gente, sin saber que Jesús se había quedado en Jerusalén. Cuando se dieron cuenta de que él no estaba en la caravana, volvieron al lugar. Después de buscarlo durante tres días, lo encontraron con los ancianos de la iglesia, que estaban escuchando lo que él les decía. Cuando sus padres lo vieron, se quedaron estupefactos. La conversación debe de haber sido algo así:
—¿Dónde has estado? — le pregunta la madre—. Tu padre y yo te hemos buscado por todas partes. Estábamos tan preocupados.
—¿Por qué? Estoy haciendo lo que Dios, mi Santo Padre, me dijo que hiciera.
Jesús sabía que su Padre era Dios, y que Dios no pensaba que tenía que crecer para poder comenzar a servirlo. ¿Por qué las personas del Templo escuchaban a Jesús, quien a la vista era tan solo un niño? Porque los niños pueden expresar el amor y la inteligencia de Dios tanto como los adultos. Dios nunca retiene ni retarda Su bondad y poder, y menos por causa de la edad.
En una ocasión puse un anuncio en el diario de mi pueblo para que la gente supiera que podía cuidar niños. Me sentí tentada a poner que era un año mayor para que los lectores pensaran que tenía más experiencia. Pero recordé que para Dios, yo ya tenía todo lo que necesitaba para ser una niñera perfecta. Entonces puse mi verdadera edad en el anuncio, y terminé teniendo más trabajo de lo que necesitaba.
Una vez Jesús estaba enseñando y se le acercaron unos niños. Véase Marcos 10:13–16. Jesús fue muy amable con ellos. Y sus discípulos le preguntaron algo así como: —¿Por qué pierdes el tiempo con ellos?
—Dejen que los chicos vengan a mí— respondió Jesús—. Ustedes deberían ser como niños pequeños y aceptar a Dios tan fácilmente como ellos —. Entonces abrazó a los niños y les dijo lo maravillosos que eran para Dios.
Parte de la descripción de niños en Ciencia y Salud es: "Los pensamientos y representantes espirituales de la Vida, la Verdad y el Amor".Ciencia y Salud, pág. 582. Esta definición no menciona edad alguna. Ahora mismo, todos somos niños, los hijos de Dios.
 
    
