Siempre Me ha gustado andar en bicicleta. Y cuando ando en bicicleta oro por la seguridad y la protección. A veces ando solo, otras con amigos.
En una ocasión iba pendiente abajo por una carretera a mucha velocidad, y de pronto me acordé de que había un bache grande y profundo en la calle. De inmediato pensé: "Si agarras el bache, te vas a caer". Pero entonces pensé: "Dios cuida de mí todo el tiempo y en todas partes". Cuando miré para ver el bache, me di cuenta de que ya lo había pasado. Agradecí a Dios por Su protección y omnipresencia.
Una vez decidí recorrer en bicicleta con dos amigos, unos 180 kilómetros, de Río de Janeiro a Cabo Frío. Busqué algunos pasajes en la Biblia y en Ciencia y Salud como parte de mi preparación para esta aventura. Esta cita de la Biblia me dio mucha inspiración: "Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane". Isaías 40:4. Eso me hizo pensar: "Puedo confiar en que Dios preparará el camino para nosotros". ¿Qué mejor para un ciclista que el camino sea plano y derecho?
Todo salió bien, y fue muy divertido. Pudimos sentir la protección de Dios todo el camino, aunque tuvimos que andar en medio del tránsito entre muchos coches.
Llegamos a Cabo Frío, pero a pie, porque la bicicleta de uno de mis amigos se rompió. Encontramos una bicicletería, a pesar de que era tarde por la noche. Y aunque era el fin de semana de Carnaval, pudimos encontrar un lugar donde dormir sin tener reservación. Visitamos muchas playas y la pasamos muy bien.
Rio de Janeiro, Brasil
