Amigos. ¿Acaso piensas que necesitas mejores amigos que sean más sinceros y leales contigo? Cuando estaba en primer año de secundaria, así me sentía yo. Realmente no sabía cómo tratar a los chicos de la escuela que a veces eran crueles, ni cómo hacer nuevas amistades que valieran la pena. Ni siquiera me gustaba ir a la escuela porque sabía que no era popular.
Estaba muy desesperada, entonces recurrí a Dios en busca de dirección. Le pregunté qué necesitaba saber y hacer para que mi situación mejorara. Como resultado de esa oración, sentí que necesitaba un "retoque espiritual", debía comprender mejor a Dios y mi relación con Él. Para lograrlo estudié la Biblia y Ciencia y Salud. Asistía a las clases de la Escuela Dominical todas las semanas y hacía muchas preguntas. Quería saber cómo lograr que mi pensamiento y mis acciones estuvieran de acuerdo con el grandioso poder de Dios y su bondad, y ser así bendecida.
La primera cosa útil que aprendí fue que, pase lo que pase, Dios, el Amor, es siempre mi amigo. Vean que grandiosa promesa encontré en la Biblia: "No temas, porque yo estoy contigo. No desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo. Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia". Isaías 41:10. Éste es el amigo perfecto.
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