Estoy muy agradecido por la educación espiritual que recibí en la Escuela Dominical de la Christian Science, en Yakarta, Indonesia. Allí aprendí acerca del amor de Dios, Su cuidado y protección, que siempre han salvado y bendecido mi vida. Dios es verdaderamente “mi luz mi salvación”. Salmo 27:1. Estudio en una universidad de Yakarta, donde algunos de mis amigos murieron luchando por la reforma política de mi país.
Esto ocurrió en mayo de 1998, tras el régimen de 32 años de nuestro Presidente anterior. Todos los estudiantes universitarios del país lucharon por un gobierno que mejorara la calidad de vida de toda la nación, y nos liberara de la corrupción y la pobreza.
Me uní a la lucha, con la esperanza de ayudar a establecer un gobierno limpio que contribuyera a que todos tuviéramos una vida mejor. Cientos de estudiantes de mi universidad marcharon hacia el Edificio del Parlamento, pero la policía formó una larga barrera para forzarnos a retroceder e impedimos avanzar.
Luego se produjo un enfrentamiento entre la policía y los estudiantes, que no estaban armados. Yo iba al frente cuando de pronto escuché varios disparos. Todos los estudiantes salieron corriendo para salvar su vida. Estábamos en estado de pánico. No sabíamos a dónde ir. En ese momento de pánico me resultó difícil pensar en la presencia y el poder de Dios. Pero, muy profundo en mi corazón, clamé a Dios en busca de ayuda y protección.
Entonces, escuché “una voz callada y suave”, como lo describe la Biblia. 1 Reyes 19:12, Versión Moderna. Era un pensamiento que me guiaba a entrar en un pequeño edificio que parecía inseguro, porque estaba muy cerca de las fuerzas policiales. Los demás estudiantes se dispersaron y corrieron hacia otro edificio, pero yo obedecí la guía de la “voz callada y suave”. Sólo éramos cinco en el edificio, y todos estuvimos a salvo. Otros cinco, que corrieron hacia otro edificio, fueron asesinados.
Estoy tan agradecido por tener la Christian Science. Me ha enseñado que Dios gobierna todo en mi vida. Me liberó del “terror nocturno; ...[y de la] mortandad que en medio del día destruye”. Salmo 91:5, 6.
Brinda tanto consuelo y ayuda saber que “a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos”. Salmo 91:11.: )
