Iris Dennery: En la escuela tenemos muchos desafíos, especialmente con las pruebas y los exámenes. Para mí lo más difícil es historia y literatura francesa, porque tengo que memorizar lo que aprendo.
Heraldo: ¿Qué haces cuando le tienes miedo a un examen?
ID: Me pongo a orar. Una idea de Ciencia y Salud que me ayuda mucho es que el bien no puede resultar en mal. Todo el bien que proviene del estudio no puede traer mal resultado a consecuencia del temor. Si yo estudio de veras, no puedo olvidar lo que estudio. Dios me da todo lo que necesito para comprender lo que estudio. Y orar así me hace sentir confiada.
Heraldo: ¿Qué otros desafíos tienes en la escuela?
ID: Uno de ellos es la tendencia a juzgar mal y condenar a la gente. En la clase tenemos la tendencia a juzgar muy duramente a los demás. Siempre trato de ver el bien en la gente, en los compañeros y en los maestros también. Entonces disfruto mucho más de mi estudio. Es mucho mejor descubrir y apreciar las buenas cualidades que tienen los demás, que meterte en problemas con ellos. Pienso que esto es mucho más que un pensamiento positivo: es orar. Todos somos hijos de Dios. Puede que seamos diferentes los unos de los otros, pero cada uno expresa las cualidades divinas a su propia manera.
Heraldo: ¿Alguna vez le tuviste fastidio a alguien en la escuela?
ID: En una ocasión. Cuando comienza el año escolar, uno no conoce a los maestros. Entonces uno observa cómo se comportan, cómo se comunican con los estudiantes. Ése fue un año importante para mi materia de francés, porque a fin de año teníamos que aprobar un examen de conocimientos de francés a nivel nacional. Al principio del año, habíamos tenido muchos problemas con la profesora de francés. Ella empezó a enseñar ya comenzado el año porque había tenido un accidente. Además, tenía mala reputación como profesora. Toda la clase sentía mucha presión, porque estábamos atrasados en nuestra preparación para el examen. Su enseñanza era muy desorganizada, y la clase no entendía sus explicaciones.
Como todo el mundo, yo también la criticaba. Pero entonces me di cuenta de que eso no estaba bien. Poco a poco, dejé de analizar los defectos de la profesora, y empecé a ver sus cualidades. Noté que ella estaba realmente interesada en sus alumnos. Nos ayudaba cuando le pedíamos algo, y amaba profundamente su trabajo. Y ahora admito que podía aprender en sus clases. Nos dijo que si estábamos atrasados en nuestra preparación para el examen, ella nos ayudaría, y nos apoyaría hasta el fin.
Heraldo: ¿Te ayudó esta nueva manera de ver a tu profesora?
ID: Sí, mis calificaciones mejoraron de inmediato. Cuando dejé de pensar en sus defectos, pude concentrarme mejor en mí trabajo. Comencé a interesarme en la materia, y a leer otras cosas por mi cuenta. Comprendí que es casi costumbre quejarse de los maestros en la escuela. Te hace sentir como que “perteneces al grupo” si uno critica también. Pero yo descubrí que no puedo vivir con esa actitud. Soy mucho más feliz y las cosas me van mucho mejor, cuando veo en cada persona al hijo de Dios, con todas las cualidades que Dios nos da. Ahora veo que es posible dejar de sentirse influenciado por las opiniones de los otros estudiantes, y apreciar a todos, incluso a los profesores.: )