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iSe echó un lance conmigo!

Del número de noviembre de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando estaba en el primer año de la facultad, en el curso de cinematografía, unos estudiantes de último año estaban produciendo un cortometraje, y yo me ofrecí para ser parte del equipo. Era la primera película en que participaba. Uno de los estudiantes más adelantados, un muchacho muy agradable, me enseñó a hacer el trabajo. A veces trabajábamos juntos, y yo tenía la impresión de que era gay.

Estábamos filmando en una pequeña ciudad del interior y nos alojábamos en un hotel. Una noche, ese muchacho me llamó para hablar conmigo. No sé por qué, pero pensé que se iba a echar un lance conmigo. Así que de inmediato recurrí a Dios con todo mi corazón en busca de ayuda y guía.

Cuando nos pusimos a hablar me dijo directamente que era homosexual y que quería tener relaciones sexuales conmigo. Me dejó estupefacto. Mi primer impulso fue ser agresivo, insultarlo y salir de ahí. Pero rechacé ese impulso. Seguí la inspiración divina de ser paciente y amable con él. Con mucha calma rehusé su invitación y simplemente le dije que no quería tener relaciones sexuales con un hombre.

Pero para mi sorpresa, continuó insistiendo y tratando de convencerme. Usó varios argumentos para que cambiara de idea.

Yo me sentía muy incómodo con la situación, pero me negué a odiarlo o a verlo como algo menos que un hijo de Dios. Sentí la fuerte inspiración de verlo como Dios lo ve, puro y bueno, y de amarlo espiritualmente, como Dios lo ama. Con mucha paciencia, continué dándole mis razones para no querer envolverme en una relación homosexual. Hablé con mucha franqueza y honestidad. Le dije que lo respetaba y que seguiría siendo su amigo.

Después de un rato, dejó de insistir, y comenzó a agradecerme por ser tan tranquilo y atento con él. Entonces tuvimos una conversación muy amigable. Yo me sentí muy aliviado y feliz, porque una situación que podría haber resultado en enojo y resentimiento, se transformó en una buena amistad.

Más adelante, me invitó a editar la película con él, que para mí fue una gran oportunidad para aprender más sobre cine. Trabajamos juntos un mes entero, y nunca más trató de echarse otro lance conmigo. Hubo un gran respeto mutuo y hasta el día de hoy somos amigos.: )

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