Aquí en Angola los jóvenes beben mucho y pierden el control. Yo sé que las bebidas alcohólicas no traen nada bueno, y no quiero causarme daño a mí mismo. También sé que Dios está conmigo y que me creó feliz. Esto me da la firmeza para no aceptar bebidas alcohólicas cuando me las ofrecen.
Hay otras cosas con las que no estoy de acuerdo. Por ejemplo, en la escuela hay jóvenes que no estudian, y a fines de curso sobornan a los profesores para que les aprueben el año. La corrupción no tiene para mí ningún sentido. Yo creo que es mejor estudiar y depender sólo de Dios.
En el instituto donde estudio, aprendemos inglés. Los profesores explican todo en inglés. Al principio yo no podía entender nada. No me gustaba el profesor; cada vez que venía a la clase yo entraba en pánico y esto me molestaba mucho. Pensé en un pasaje de Ciencia y Salud que dice: “La Verdad y no el error, el Amor y no el odio, el Espíritu y no la materia, gobierna al hombre”.Ciencia y Salud, pág. 420 Según comprendí yo debía estar gobernado por el amor de Dios, y no por sentimientos de odio e inseguridad. Fue importante para mí comprender que este profesor también era hijo de Dios, por lo tanto tenía algo bueno para darme. Después de esto, un amigo me explicó algunas cosas sobre el tema, y empecé a comprender mejor las explicaciones del profesor.
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