En busca de lo que pensaba sería una mayor libertad, siendo aún adolescente,
cuestionó sus creencias religiosas. Dejó la escuela secundaria, se fue de la casa, y trató de vivir por su cuenta, poniendo a dura prueba la relación con su familia. Les pedimos a ella y a su madre que compartieran con nosotros sus puntos de vista sobre esta experiencia.Katie: Soy el tipo de persona que desafía la autoridad. Mucha gente así ha cambiado el mundo, pero otros también han hecho cosas absurdas. Cuando tenía unos 16 años, sentí la necesidad de tener más independencia, pero no pensé muy bien en cuál era la manera más apropiada de hacerlo.
Cuando tenía 17 años, había puesto tanta presión sobre mi familia, que sentí que debía irme de casa. Acostumbraba permanecer fuera hasta muy tarde, y a veces no regresaba a dormir. Hice amistad con lo peor y más sucio que encontré. Cuando estaba por terminar el anteúltimo año de secundaria superior, había faltado a clase casi la mitad del último semestre. Bebía, fumaba cigarrillos, fumaba marihuana, y también consumía cocaína y drogas alucinógenas.
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