Escribí este poema porque me siento muy agradecido a Dios por todo lo que me ha dado. Tenga o no problemas, siempre recurro a Él, en todo lo que hago, en todo momento.
Me crié en una familia que me quiere y me apoya mucho, pero no siempre tuve muchos principios. Sin embargo, tuve una experiencia que me cambió la vida y me puso en el camino correcto. Había estado bastante tiempo envuelto con el movimiento punk. Y eso no era bueno para mí. Estaba constantemente rodeado de drogas y alcohol, y me había llenado la cabeza con letras de música que no me hacían bien. Al principio, pensé que estaba de acuerdo con ellos, pero después me di cuenta de que necesitaba alejarme de ese ambiente. Esto fue muy difícil, porque estaba saliendo con una chica que pertenecía al movimiento punk. Entonces cortamos relaciones y eso me dejó bastante mal. Pero Dios me ayudó a superar todo eso.
El cambio más grande se produjo cuando me pasaron a otra clase en la Escuela Dominical. Tenía un maestro nuevo, y él enseñaba como nadie lo había hecho. Su enseñanza estaba basada en la Biblia. Pude llegar a comprender cosas fundamentales, comenzando con los Diez Mandamientos y las Bienaventuranzas. Realmente profundicé en ese estudio, y comencé a estudiar y a aplicar la verdadera esencia espiritual de los Mandamientos y las Bienaventuranzas. No tenía la menor idea de que se podía obtener tanta profundidad e inspiración de ellos, y aprendí que eso requiere absoluta consagración de pensamiento. También en esa época, Dios puso en mi camino a una amiga que estaba poniendo todo su empeño en conocer mejor a Dios. Eso me ayudó mucho, porque era alguien de mi edad que tenía mucho amor por Dios. Ella me inspiró para vivir una vida con principios.
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