Me enteré de la Christian Science a través de mi mamá, y muy pronto toda la familia comenzó a asistir a la iglesia. Nos gustaba la forma en que enseñaban a comprender la Biblia. Entonces empecé a ir a la Escuela Dominical; y era lindo, porque los maestros nos ayudaban siempre que teníamos alguna duda o problema.
En 1998, asistí a una gran reunión de Científicos Cristianos que eran estudiantes universitarios, que se celebró en La Iglesia Madre, en Boston. Fue hermoso, y conocí a chicos de todas partes del mundo. La unidad que había entre nosotros era inmensa. Cuando uno sabe que puede resolver problemas mediante la oración, uno ve las cosas desde una perspectiva diferente, una perspectiva espiritual. Todos aquellos estudiantes estaban de acuerdo con esto.
En Boston sucedió algo que me mostró cómo es esta perspectiva espiritual. Un día, una chica de nuestro grupo, no podía encontrar su dinero. Se puso muy nerviosa porque era el único dinero que le quedaba, y teníamos que regresar a nuestro país. Todos empezamos a orar por ella. La chica se calmó y comenzó a orar también. Sabíamos que nada se pierde en el reino de Dios, y que el reino de Dios está en todas partes. Entonces la chica buscó con mucho cuidado en su habitación de la universidad donde nos quedábamos. Y encontró el dinero en un bolsillo de su chaqueta.
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